El Centro de Estudiantes del Instituto Superior Politécnico, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario, junto con padres y docentes declararon la emergencia edilicia debido al mal estado de las instalaciones y a las obras inconclusas. La situación impide el desarrollo de las clases y resulta un peligro para quienes transitan por las instalaciones de calle Pellegrini.
Los reclamos son frecuentes. Desde hace varios años se viene denunciando las condiciones edilicias peligrosas del establecimiento y como resultado del reiterado reclamos de los estudiantes, durante el 2015 se realizaron nuevas obras pero que parecen no haber resultado una solución.
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Hace unos meses, la caída de un vidrio desde el salón del primer piso que estalló a escasos metros de los alumnos que se encontraban en el patio del taller, (único espacio que poseen los estudiantes para su recreación)fue el detonante para que se declare este emergencia que hoy apunta a rectorado y al gobierno nacional por una ausencia en el presupuesto.
«El mes pasado nos declaramos en emergencia, el edificio ya está demasiado deteriorado y no se están tomando las medidas necesarias para frenar ese deterioro y que no afecte a nuestra salud y nuestro cursado», explicó a Conclusión la Vice presidenta del Centro de Estudiantes, Francisca Trabajo.
El reclamo recae directamente sobre el rectorado de la Universidad Nacional de Rosario y el gobierno nacional ya que, según aseguran desde el establecimiento, «los problemas están dados por una falta en el presupuesto, que no garantiza la reparación del edificio».
«Necesitamos que la gente esté informada sobre como se esta tratando a la educación pública. La Cooperadora se hizo cargo en su momento de la obra del bar. Empezaron las obras en noviembre, no se terminaron, no tenemos un lugar donde comer, tampoco tenemos un patio, usamos el patio del taller para comer y pasaron los recreos y encima se caen vidrios», añadió Francisca.
En tanto, este lunes toda la comunidad educativa del Politénico realizará una jornada de actividades con charlas, clase pública y manifestaciones dentro del colegio para renovar el reclamo y decidir con todos los claustros un plan de lucha.
«Es muy complicado dar clases, cuando hace frío es difícil concentrarse sin vidrios, en verano sin persianas y sin ventilación, cuando se te caen los reboques o cuando te llueve en el salón y obre todo, cuando las instalaciones resultan siendo un peligro», concluyó.
