MARTES, 26 DE NOV

Estiman que hay más de un millón de infectados con Hepatitis B y C sin diagnóstico

Junto al alcoholismo, las dos variantes de la enfermedad son las causas principales de la cirrosis hepática. La misma se contrae por el consumo abusivo de alcohol o la infección a través de virus. 

Más de 1 millón de personas conviven en la Argentina con Hepatitis B y C y los especialistas advirtieron que «no todas están diagnosticadas».

Las hepatitis y el alcoholismo son las causas principales de la cirrosis hepática, una enfermedad que se puede y se debe diagnosticar y tratar a tiempo.

La cirrosis, que es un diagnóstico más frecuente de lo que se cree, es una etapa avanzada de lesión hepática que en el pasado tenía los peores pronósticos y que hoy día es tratable. Sin embargo, es también un indicador de un problema mayor, dado que sus causas principales son altamente prevenibles.

«Desde el punto de vista del hepatólogo, tratar una cirrosis es enfrentarse a una situación que se podría haber prevenido. La clave es el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno, antes de llegar a una lesión severa del hígado», explicó Esteban González Ballerga, de la división Gastroenterología del Hospital de Clínicas.

El profesional destacó que «se calcula que el 1% de la población tiene hepatitis C» y añadió que «de esa cifra solo están diagnosticados y tratados el 1% de ellos, mientras que el resto no lo sabe».

Las principales causas de este tipo de lesiones son el consumo abusivo de alcohol y la infección por virus de hepatitis B y C.

En cifras, la Hepatitis B es considerada la 8º causa de muerte en el mundo, mientras que la Hepatitis C es la primera causa de trasplante hepático en occidente.

Al respecto, Gonzales Ballerga sostiene que las formas de prevención son claras: «lo principal es acudir al médico. Todos las personas mayores de 50 años, tengan o no antecedentes, deberían realizarse estudios para detectar infección por hepatitis C, al menos una vez en la vida».

«Asimismo, toda la población sexualmente activa y/o en estado fértil debería estar estudiada y vacunada contra el virus de la Hepatitis B. En cuanto al alcoholismo, la prevención es la abstinencia  o la contención profesional, en los casos más severos», puntualizó.

El especialista puso de relieve que «además que estas afecciones no generan síntomas hasta que es demasiado tarde».

La prevención y el tratamiento de la Cirrosis Hepática es uno de los temas centrales que se abordarán en el 16º Congreso Internacional de Medicina Interna, que el Hospital de Clínicas organiza del 2 al 5 de agosto en el Hotel Panamericano (CABA).

Este Congreso se lleva a cabo desde hace más de 30 años, en forma bienal y es hoy uno de los eventos científicos con mayor convocatoria de la Argentina.

«El avance de la medicina en la actualidad brinda excelentes perspectivas, los tratamientos médico-farmacológicos funcionan muy bien. Un paciente con cirrosis, que esté compensado, no tiene el peor pronóstico, como sucedía tiempo atrás. Si se retira la causa de la lesión, es decir, si se combate el virus o se evita el consumo de alcohol, la lesión puede incluso retrogradar.  Si el paciente no está compensado, es un poco más difícil desandar el camino, pero aún así hay perspectivas de tratamiento», concluyó el especialista.

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