El gobierno de Colombia y la guerrilla FARC presentaron este viernes el plan de sustitución de cultivos ilícitos, establecido en el acuerdo de paz, con el que en 2017 buscan erradicar 50.000 hectáreas de estas plantaciones en el país, principal productor de cocaína del mundo.

«Es un programa integral en el que a través de la sustitución hay un desarrollo del territorio», indicó Rafael Pardo, alto consejero para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, en rueda de prensa en Bogotá.

El gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) indicaron en un comunicado que con el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) se inicia la implementación del cuarto punto del acuerdo de paz firmado en noviembre para superar medio siglo de conflicto armado.

El programa se ejecutará durante su primer año en 40 municipios, que actualmente producen más del 50% de la cocaína de Colombia, agregó Pardo.

«El cumplimiento de la meta (de erradicar 50.000 hectáreas en 2017) demandará más de un billón de pesos (unos 340 millones de dólares) este año», explicó Pardo, quien aseveró que los recursos son del presupuesto nacional aunque también esperan apoyo internacional.

El programa inició esta semana en veredas de los departamentos de Vichada (este) y Caquetá (sur), añadió el funcionario.

Por su parte, el comandante guerrillero Pastor Alape dijo en la misma rueda de prensa que las FARC «tendrán la responsabilidad» de acompañar y promover «de manera directa» y desarmados la llegada de la iniciativa a los territorios más afectados por la guerra.

«En todo lo que tiene que ver con la línea de sustitución, participan los campesinos para definir, con base en los suelos, los climas, los cultivos que se van a desarrollar», aseguró.

El cuarto de los seis puntos del pacto de paz con las FARC, principal y más antigua guerrilla del país, establece la «Solución al Problema de las Drogas Ilícitas».

El grupo rebelde ha reconocido haberse financiado con actividades relacionadas con el narcotráfico, como el cobro de impuestos a cultivadores de coca, base de la cocaína. Pero con lo convenido, la guerrilla aceptó desvincularse del negocio de la droga, combustible de la conflagración interna desde los años 1980.

Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína, con 96.000 hectáreas de sembradíos, y también el mayor productor de esa droga con 646 toneladas en 2015, según la ONU.