El déficit comercial no cede y pega en los flancos débiles del modelo económico
El dato de los primeros cuatro meses fue el más alto para ese período desde 2014 y representó dos veces y media el déficit de U$S 1.291 millones del mismo período del 2017, según un informe de la consultora Invenómica.
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- May 27, 2018
El desequilibrio récord de la balanza comercial de 3.420 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año impacta sobre uno de los puntos más débiles del modelo económico, su cuenta corriente, y obliga a buscar cada vez más dólares para sostenerlo.
El dato de los primeros cuatro meses fue el más alto para ese período desde 2014 y representó dos veces y media el déficit de U$S 1.291 millones del mismo período del 2017, según un informe de la consultora Invenómica.
El primer cuatrimestre de este año fue «afectado por la dinámica inflacionaria local y una devaluación en enero que resultó insuficiente para corregir desbalances comerciales, que generaron un entorno complejo para moderar la dinámica importadora aún en un contexto de crecimiento económico limitado», indicó el estudio.
«Recién en mayo próximo, con una devaluación nominal a la fecha del 17% y real multilateral del 13%, el tipo de cambio real multilateral de la Argentina se ubicó en un valor similar al de marzo de 2016, cuando el peso argentino se devaluó con fuerza al inicio de la nueva gestión de económica», indica el informe.
Explica que si bien las exportaciones crecieron 11,1% durante el primer cuatrimestre en comparación con el mismo período del 2017, fueron insuficientes para compensar el incremento interanual del 21,6% de las importaciones.
La consultora consideró que la Argentina «debe superar importantes obstáculos para tener éxito en su política de estabilización de las variables macroeconómicas». Consideró que «solucionar su déficit de cuenta corriente y corregir su set de precios relativos, en un contexto comercial y financiero internacional turbulento, es parte central del gran desafío».
«Normalizadas las variables macro de tal forma que conformen una constelación de precios que doten de competitividad sostenida a los sectores productivos (tipo de cambio real y tasas de interés), la Argentina deberá encarar políticas de Estado de carácter más micro y meso económicas», sostiene el trabajo.
Advierte que «la política industrial, de promoción de las exportaciones, de fomento de la inversión (local e internacional), están en la agenda de nuestros competidores y deberían estar también en la nuestra».