Por Ariana Robles

 «Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre. El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces». 

Con este texto de Isabel Allende, Conclusión rinde tributo a las madres en su día, a esas mujeres amas de casa, profesionales, jóvenes o no tanto,  que han sido dadoras de vida y que anónimamente con amor y con fortaleza, sortean adversidades, prodigan todo de sí abnegadamente para formar como mejor pueden aquello que les da sentido pleno a sus vidas.

En la charla con Conclusión, las mamás entrevistadas compartieron emociones, revelaron cómo viven su mejor rol, cómo lo fusionan con su trabajo y también cómo sobrellevan el dolor de perder un hijo.

Florencia O´Keeffe es mamá y una reconocida periodista rosarina. Una referente ideal de la mujer actual, con varias responsabilidades durante el día y con el rol de madre como prioridad.

florenciaaa«Ser mamá es intentar correrme de mi propio eje, de mi propio ego, para poder ver y descubrir en mis dos hijos, Juan y Tomás, lo que creo que es el sentido mas profundo y verdadero de la vida, que en mi caso me lo dan ellos», expresó Florencia en diálogo con Conclusión. 

«Hay muchos amores que sostienen, pero el amor que te acerca al sentido de la existencia, en mi caso es ese. Es una alegría enorme con los mejores momentos, y también los más duros y más dolorosos en los que uno se sobrepone para honrar la vida a través de la maternidad», remarcó.

Más allá de su papel de mamá, muchas son las mujeres que deben lidiar con sus responsabilidades y trabajos todos los días, y Florencia no es la excepción. Según ella,  «es un rompecabezas cotidiano. En general las mujeres tenemos esta capacidad de la multifunción, pero siempre nuestra prioridad son nuestros hijos, nuestra casa, nuestros afectos y podemos estar concentrados en lo que nos gusta, y al mismo tiempo no perder esa conexión con nuestros hijos».

Marina Loza, es otra mamá moderna, que fusiona su rutina con su trabajo más importante. «La maternidad es la mejor oportunidad para crecer, porque como un espejo, los chicos te enfrentan a todo lo que una viene a trabajar en la vida. Ese creo que es el desafío más fuerte que impone la maternidad: te obliga a hacerte cargo de tus propios temas. De lo que una tiene que modificar, sanar o cambiar», dijo en diálogo con Conclusión, Marina, empleada de una empresa de salud de la ciudad.

“Ahora duermo menos, corro más que antes y me canso el doble, pero no lo sufro: deseé tanto ser mamá y tuve todo el tiempo del mundo para hacer lo que quería. En fin…  con la maternidad conocí una felicidad distinta, en parte porque con  mi hijo convivo con la risa y el cariño todo el tiempo”, agregó.

Cuando el papel de madre, cambia por el dolor 

betiana-1No sólo las múltiples actividades cambian la vida de una madre. La angustia y el dolor, también marcan a la mujer, más aún con la pérdida de un hijo. Ese es el caso de Betina Quinteros, una mamá que día a día lucha para sobrellevar esa tristeza.

«Es un día muy especial. En mi caso sobrevivo y hay días que trato de seguir adelante. Es muy difícil cuidar a un hijo durante 19 años y que de repente venga alguien y se adueñe de su vida, es un dolor inconmensurable», contó a Conclusión, entre lágrimas.

De todos modos, remarcó que «ser mamá es lo más lindo de la vida». «Ser mamá es saber que nunca más vas a estar sola, es amar a alguien más que a vos misma», agregó.

Otra que pasó por el mismo dolor fue Patricia Usinger,  quien sufrió la muerte de su nena a tres meses de haber nacido.

«María Luz nació con síndrome de Down y a los meses murió. Nunca pensé que iba a tener un hijo con discapacidad, fue una bajada a la realidad. Fue muy difícil y doloroso», recalcó.

patricia-okPero la vida y Dios le dieron a Patricia 12 hijos que la acompañan cada día y la ayudaron a superar este momento. «En todos ellos encontré una contención. Cada hijo es un milagro y la verdad que me siento totalmente completa como persona y como mujer de haber podido tener tantos hijos», expresó.

Seguramente, cada madre tendrá su historia particular, con sus rutinas, complicidades y cariño por sus hijos. Porque mamas, las hay muchas y de mil formas.

Las que festejan por sus hijos, las que se reparten su tiempo entre su trabajo, las que sufren o las que los perdieron. Mamás que partieron, y que no importa en qué momento se hayan ido, porque seguramente hoy también se extrañarán.

Ser madre, profesional, esposa, hija, amiga y mujer

«Es un desafío diario», relató Carina Jauregui, abogada rosarina, madre de Valentina de 15 y Mateo de 13. «Ellos (sus hijos) tienen la capacidad de sacar lo mejor y lo peor de mí (ríe). Es inexplicable en lo que una se convierte con sus logros y fracasos, de lo que una es capaz para protegerlos. El sentimiento sólo puede entenderlo quien es madre. Verlos crecer es la satisfacción más grande y lo único que importa es que sean felices y cumplan sus sueños», manifestó.

Y agregó: «Ser madre y abogada…ser mujer, esposa e hija…y además lograr un momento para una misma o encontrarte con amigas es muy complicado. Pero así somos, tenemos esa capacidad de atender a un cliente por teléfono y al mismo tiempo sacar la milanesa de la sartén. El cansancio nunca se va, el trajín del día te abruma a veces y los llantos en la ducha abundan…pero todo se te va, y todo vale la pena cuando vienen tus hijos, te abrazan y te dicen ´te quiero má´».

Noel Dalario es psicóloga, mujer joven y amante de los viajes. Nunca había pensado en la maternidad y con el personaje de «Susanita» de Mafalda nunca se sintió identificada. Sin embargo, el universo, Dios, el destino, la vida, quiso que además de todo…fuese mamá de Lourdes. Ella no la buscó, no la esperaba ni planeaba. Se sorprendió, se asustó y angustió cuando se enteró. «¿Y ahora que hago? pensé. De qué me sirvió estudiar psicología si ahora estoy más confundida que nunca y no sé para donde correr. Fue caótico. Pero hoy, no me imagino mi vida sin ella. Hoy soy lo que soy gracias a ella», contó Noel.

«Quizá para muchos no soy tan buena madre por dejarla muchas horas  en una guardería. A mi también me duele a veces y la extraño todo el tiempo. Pero busco el equilibrio y trato de no culparme por eso. Aprendemos juntas día a día y eso para mí es la maternidad, darnos amor incondicional, siendo cada una quien es».

Palabras para un hijo que viene

«Todo comenzó cuando me enteré de que iba a venir, que estaba ahí, adentro mío, cambiándome la vida a partir de ese instante. Entonces, un tsunami de emociones invadió mi ser y la mezcla de emoción y miedo, de dudas y alegrías quedaron envueltas por un amor incondicional que no sabía que podía a existir y que nació en ese preciso momento en el que me di cuenta que ya no estaba sola.

“Vas a ser mamá”, me dicen. Y uno no cae, no reacciona, no dimensiona lo que significa. Creo que a tres meses de conocer a mi hijo, no puedo responder a ninguno de todos los interrogantes que se me cruzan por la cabeza respecto del  significado de “ser mamá”. Lo que sí sé, con seguridad, es que no tiene explicación ni se puede dimensionar el amor que se siente por ese ser que está por venir. Se me cierra la garganta de pensar en sus manitos, en sus ojitos, en su piel. No se puede describir la sensación de sentirlo moverse en mi vientre, la primera patada, el primer movimiento. Son momentos que nunca voy a olvidar mientras viva, porque sé que está ahí, cerquita, compartiendo mis latidos.

No tengo idea cómo es ser mamá después del sublime momento del nacimiento, lo que puedo afirmar es que nunca más le soltaré la mano, que siempre intentaré hacerle desaparecer las lágrimas a mi hijo con un beso o una caricia, que quiero que sepa desde el primer día va a ser mi persona favorita, mi mundo. Sí, estoy más vulnerable y sensible que nunca y  a la vez me convertí en una roca capaz de luchar contra viento y marea para que nada le pase.

No puedo dejar de remarcar, sin embargo,  que no todo es fácil. Cuando lo buscaba y no llegaba, cuando me frustraba y angustiaba, rezaba y me preguntaba: ¿y por qué yo todavía no? Hasta que un día, después de consultas médicas y charlas con gente querida, después de estudios y de terapias, entendí que él iba a llegar cuando quisiera, que él me iba a elegir a mí.

Quiero decirle ahora mismo: «Hijo, no voy a ser una mamá perfecta, me voy a equivocar seguramente más de una vez por día en miles de decisiones, pero te prometo que te voy a criar para que siembres amor, para que sepas que no todo es fácil. Te voy a ayudar a levantarte cuando te caigas, pero también te voy a dejar caminar sólo y errar cuando lo crea necesario. Te voy a recordar todos los días que te quiero y que cambiaste mi mundo, que la vida está para vivirla y que es impredecible. Te voy a enseñar que para lograr los sueños hay que luchar, esforzarse y estudiar, que importa lo de adentro y no las apariencias, y que la felicidad es real cuando es compartida. Te voy a enseñar a mirar el cielo y que agradezcamos juntos, de la mano, por tenernos. Cuento los días para verte y tenerte sobre mí. Gracias por elegirme y convertirme en mamá».

M.V

Desde Conclusión, les deseamos feliz día a todas las mamás por la tarea más linda, difícil y movilizante.