Por Marina Vidal

La obesidad mórbida es una enfermedad que con el pasar del los años va incrementando el número de víctimas que se cobra. En  Argentina, 6 de cada 10 mayores y 3 de cada 10 niños están malnutridos por exceso de peso.  La médica nutricionista Karina Frattini  (Matrícula 17765), dialogó con Conclusión para contar en qué consiste la cirugía bariátrica, una opción para pacientes que padecen obesidad mórbida y que «quieren cambiar su estilo de vida».

La profesional forma parte del equipo médico de la obra social Osecac de Rosario y hace dos años comenzaron a implementar este tipo de intervenciones.  Operaron a seis pacientes y hay muchos en lista de espera.

«Una cirugía bariátrica es una cirugía donde un paciente que tiene una obesidad mórbida se somete a un achicamiento de estómago.  Se trata de la aplicación de distintas técnicas quirúrgicas y depende del paciente y de la experiencia del cirujano que esté capacitado para realizar una u otra», detalló la médica.

En tanto, destacó que las más usuales sin la banda gástrica y bypass gástrico. «Existen muchas  más técnicas pero esas son las más comunes en Argentina», aclaró Frattini.

Y agregó: «Nuestro bloque se forma a partir de la ley de Obesidad hace un par de años,  cuando la obra social pidió la conformación de un equipo de abordaje disciplinario.  Este abordaje consta  en un principio del análisis que el cirujano quien  chequea y hace la evaluación para que el paciente pueda ingresar al tratamiento».

Los profesionales se basan en los requisitos de la Ley de Obesidad, para llevar adelante el tratamiento previo a la cirugía y luego llegar a la intervención. El paciente, debe contar con el cumplimiento de todos ellos como ser una determinado índice de masa corporal, factores predisponentes, la edad adecuada, entre otros puntos.

El grupo interdisciplinario cuenta con un cirujano, una médica clínica, dos médicas nutricionistas y dos psicólogas.  El tratamiento pre-cirugía lleva alrededor de dos años. «Una vez que el paciente  está en condiciones y haya cumplido con las consultas quincenales de nutrición, mensuales  de clínica y las indicadas por el equipo de psicología , comienza  la preparación de la intervención quirúrgica», detalló la médica.

Y agregó: «Tenemos además talleres que son obligatorios de nutrición y psicología. Estos encuentros son individuales salvo que haya temas recurrentes sondo los tratamos en forma grupal  en conjunto con todo el grupo de profesionales».

Consultada por aquellas cuestiones fundamentales en estos procesos, Frattini subrayó: «Lo  crucial, es la  otra pata : la actividad física. Apelamos a que el paciente elija lo que le gusta y tenga ganas de hacer.  La idea es que el paciente esté activo, que haga, que se mueva. Sin eso no se puede pensar en la cirugía».

Al ser una cirugía gratuita, la médica resaltó que desde su equipo tratan de «inculcar al paciente que sea responsable,  que se lo tome enserio porque es una intervención muy costosa y hay muchos pacientes en riesgo».

Luego de someterse a la intervención, las personas  continúan con un  proceso de atención por parte del equipo hasta los seis meses donde se empieza a dar el alta.

«Es un cambio de vida., el paciente sabe que el resto de su vida debe continuar con el tratamiento. Es un nuevo modo de comer, son nuevos hábitos y costumbres. Se inicia de una manera y se debe sostener a través del tiempo  porque si la persona vuelve a comer como lo hacía antes de la cirugía, vuelve a engordar», sostuvo Frattini.

Hoy en día cuentan con 30 pacientes y una larga lista de espera.

Según la profesional, la obesidad, es una patología que aumenta «por cómo está viviendo la sociedad, por los malos hábitos alimentarios, comidas industrializadas, factores genéticos,  pero,  lo que más influye son los factores psico- sociales».

Fracasos y dificultades

«¿Hay fracasos?, siempre los hay,  pero hay que ver a que llamamos fracasos. Que haya un aumento mínimo  no quiere decir que la cirugía haya fracasado. La mayoría de nuestros pacientes han  respondido muy bien «, dijo la médica.

Y agregó: «Lo más difícil es concientizar al paciente que es un camino difícil y que va a tener que hacer muchos cambios en su vida y que la cirugía no es un milagro ni es mágica. Mucha gente viene con ese concepto que la cirugía le va a cambiar la vida y no es así. L a intervención no te cambia la vida, la persona es la que va a tener que hacer cambios para que la cirugía sea aprovechada como corresponde. Hemos tenido pacientes que han comenzado el tratamiento para operarse y se han concientizado y modificado tanto los hábitos durante  la etapa previa que han decidido no operarse. Han modificado realmente sus costumbres alimenticios y de actividad física».

Números preocupantes

Los resultados de la 3° edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riego para Enfermedades Crónicas No Transmisibles evidenciaron que casi 4 de cada 10 personas mayores de 18 años presentan sobrepeso (37,1%) y 2 de cada 10 personas padecen obesidad.

El sobrepeso y la obesidad son multicausales: componente genético, el desequilibrio energético, los hábitos poco saludables, un ambiente obesogénico y el sedentarismo.

En tanto, en la Argentina, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) demostró que el 10,4% de los niños y niñas de entre 6 meses y 6 años presenta obesidad, según las curvas de la OMS mientras que la prevalencia de sobrepeso en el país es de 31,5%, es decir, aproximadamente 3 de cada 10 niños y niñas tienen peso excesivo.

Adicionalmente, el organismo internacional propone un consumo moderado de azúcares libres, reduciéndolos a menos de un 10% de la ingesta calórica total, es decir, 50 gramos en una dieta promedio de 2000 kcal equivalentes a 12 cucharaditas. La OMS además sugiere que una reducción a un 5% de la ingesta calórica (equivalentes a 25 gramos de azúcar= 6 cucharaditas aproximadamente) producirían beneficios adicionales para la salud.

La Argentina se encuentra ubicada en el tercer puesto en cuanto a consumo de azúcar con una ingesta diaria de azúcar agregado que triplica la recomendada por la Organización Mundial de la Salud.

La doctora Frattini contó que en el caso de sus pacientes, la mayoría son mujeres. «La mujer es una dietante crónica, a partir de determinada edad no hay mujer que no se haya encausado en una dieta de cualquier tipo, con o sin profesional . Hay estudios  que indican que aquellas personas que están toda su vida a dieta, llega un momento que  hacen una resistencia. El hombre, cuando se decide, baja muy bien de peso, ayudado por sus hormonas,  y logra más rápido los objetivos».