El primer ministro chino, Li Keqiang, posicionó hoy a su país como el máximo defensor de la globalización económica y un contrapeso al discurso proteccionista promocionado por el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la victoria del Brexit en Reino Unido, y prometió involucrarse más en la gobernanza internacional, algo que hasta ahora evitó y relegó en otras potencias.

«China es un país responsable. Frente a los profundos cambios de la política internacional y en el escenario económico, China siempre se posicionará del lado de la paz y la estabilidad, siempre se comprometerá con la equidad y la justicia, y siempre trabajará por la paz mundial, contribuirá al desarrollo global y defenderá el orden internacional», aseguró Li frente a los 500 funcionarios y miembros del Partido Comunista que participan de la única sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular.

«Nos opondremos al proteccionismo en todas sus formas y nos involucraremos más en la gobernanza global», agregó el premier en el inicio de esta cita anual de dos días, en la que la cúpula del régimen comunista chino suele definir la agenda económica, política y social para todo el año, informó la agencia de noticias EFE.

Un día antes, el gobierno chino había adelantado que este año aumentarán un 7% el presupuesto militar. Sin embargo, hoy el premier chino se concentró en los contextos político y económico, tanto a nivel interno como a nivel global.

Li anunció que la potencia asiática mantendrá el rumbo macroeconómico establecido el año pasado y que puso fin a décadas de crecimiento superior al 10% del PBI. Para 2017, el país se puso como meta un crecimiento del 6,5% del PBI, una cifra similar a la que alcanzaron en 2016.

A lo largo de su discurso, al igual que lo hizo el presidente Xi Jiping el martes pasado en un mensaje previo al inicio de la Asamblea Nacional Popular, el premier prometió que continuarán apostando por un crecimiento más moderado, mientras «corrigen» algunos desequilibrios para garantizar la estabilidad de la economía nacional y su rol en los mercados internacionales.

Xi había establecido cuatro puntos a corregir: reducir el exceso de capacidad del Estado, disminuir los riesgos financieros y fortalecer la regulación financiera, enfriar los mercados inmobiliarios y revivir el sector manufacturero.

Su primer ministro se concentró en esos puntos, pero también incluyó un análisis político internacional que no siempre se escucha de manera tan explícita en Beijing.

Desde el Gran Salon del Pueblo, la sede de la Asamblea Nacional Popular, Li explicó que «los acontecimientos tanto dentro como fuera de China requieren que estemos preparados para afrontar situaciones más complicadas y graves».

«El crecimiento económico mundial sigue siendo débil y están creciendo tanto la tendencia antiglobalizadora como el proteccionismo», reiteró.

Para enfrentar este escenario internacional, Li apostó por una política de puertas abiertas y un orden internacional multilateral con iniciativas como la Asociación Económica Regional Integral para la región Asia Pacífico, una propuesta que recobró importancia en los últimos tiempos, luego que Trump decretara sacar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico, un tratado de libre comercio que su antecesor, Barack Obama, había impulsado en esa zona del mundo para contrarrestar la influencia de Beijing.

La gran apuesta de China para reactivar el histórico corredor comercial de la Ruta de la Seda está también entre las prioridades de este año del gobierno comunista.

El presidente Xi pretende dar un nuevo impulso a esta ruta con una cumbre que se celebrará en mayo próximo y que los medios de comunicación oficiales ya comparan con la reunión de líderes del G20 que el país acogió el año pasado.

Hasta ahora confirmó su asistencia el presidente ruso, Vladímir Putin, y se espera que también acuda la británica Theresa May y el filipino Rodrigo Duterte.

Esta cumbre podría funcionar como una nueva tribuna para que Xi, tal como lo hizo en el Foro Económico Mundial de Davos de enero pasado, se presente como un adalid de la globalización frente al giro, aún poco claro, que dio Estados Unidos con la victoria presidencial de Trump.

En el plano interno, en tanto, la cita anual que comenzó hoy en Beijing también servirá para establecer las bases del Congreso del Partido Comunista de mediados de año, cuando el oficialismo chino designará a su nueva cúpula, los miembros del Politburó. El presidente Xi está haciendo todo lo posible para garantizar una dirección partidaria aliada.

Un editorial del Diario del Pueblo, la voz oficial del partido comunista, llamó esta mañana, al inicio de la sesión, a que todos los 500 miembros sigan a «la dirección política correcta» y apoyen al «camarada Xi».

Foto: Twitter @sararomeroe