Un ataque en un boliche de Estambul en el que murieron al menos 39 personas y 69 resultaron heridos, muchos de ellos extranjeros, conmovió a Turquía en el comienzo del año nuevo, tras un 2016 marcado por sangrientos atentados, un golpe de Estado fallido, represión y una masiva purga en el Estado.

En medio de una lluvia de versiones y rumores, el gobierno turco informó que un hombre entró con un arma automática al boliche Reina de Estambul, ubicado en la orilla europea del río Bósforo y uno de los más grandes y famosos de la metrópolis turca. y comenzó a disparar indiscriminadamente a las personas que estaban allí, festejando el año nuevo.

Pese a que inicialmente medios de comunicación habían informado que dos atacantes armados entraron al boliche vestidos de Papás Noel, el primer ministro turco, Binali Yildirm, desmintió esa versión ante la prensa. Dijo que se trató de un solo hombre y no mencionó ningún disfraz, según la agencia de noticias DPA.

«El terrorismo no nos puede intimidar, no puede destruir nuestra fraternidad, determinación y unidad», agregó el primer ministro, mientras los gobiernos de todo el mundo, entre ellos Argentina, hacían público su repudio al atentado y su solidaridad con las autoridades turcas. El otro dato que Ankara confirmó es que el atacante logró huir.

Yildrim sostuvo que el atacante podría haber dejado su arma en el boliche y aprovechado el caos para escapar.
«Nuestra Policía puso en marcha una operación y esperamos que sea capturado pronto», anunció, por su parte, el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, citado por la agencia de noticias estatal Anatolia.

Poco después, la Policía de Estambul difundió por los medios de comunicación una foto del presunto atacante, extraída de las cámaras de seguridad de la calles aledañas al boliche Reina. En la imagen se veo a un joven de barba prolijamente recortada y pelo negro.

Mientras avanza la investigación, las autoridades turcas también trabajan en identificar a las víctimas fatales. Hasta ahora ya identificaron a 21, de las cuales 16 son extranjeras.

Líbano informó sobre tres ciudadanos muertos, India sobre otros dos, Túnez sobre una franco-tunecina, Jordania sobre tres muertos y cuatro heridos, Arabia Saudita sobre cinco víctimas fatales e Israel sobre una fallecida, una ciudadana palestina. Los gobiernos de Libia y Marruecos también anunciaron que hay ciudadanos suyos entre las víctimas.

Ankara impuso de inmediato un cerco informativo, como suele hacer tras un atentado, por lo que los rumores y las versiones no confirmadas inundaron los medios de comunicación y las redes sociales.

El boliche Reina es uno de los más conocidos de Estambul y uno de los favoritos de la clase alta local y extranjera que visita la famosa ciudad. Según contó un mozo al diario local Hurriyet, en el momento de la masacre había entre 500 y 600 festejando el año nuevo en el lugar.

Algunos testigos contaron en redes sociales que pudieron ver cómo sobrevivientes se escapaban de la balacera tirándose al río. Según relataron, la Guardia Costera rescató a varios de ellos.

Por otra parte, el dueño del boliche, Mehmet Koçarslan, le contó al diario Hürriyet que los servicios secretos estadounidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo.

Sin embargo, la embajada estadounidense en Turquía desmintió rápidamente al empresario en un comunicado.
«Contrariamente a los rumores que circularon en las redes sociales, el gobierno estadounidense no tenía ninguna información sobre amenazas a lugares específicos de diversión, incluyendo el club reina», informó la embajada, según la agencia de noticias ANSA.

Estados Unidos «no advirtió a los norteamericanos que se mantuvieran lejos de lugares específicos o de sus cercanías», agregó la embajada, aunque reconoció que el 22 de diciembre pasado emitió una «advertencia general para el período de fiestas» en Turquía y varios lugares de Europa.

Otros testigos no identificados por los medios de comunicación locales también aseguraron que, en el momento de la masacre, el atacante gritó «Allah Akbar» (Alá es el más grande), la tradicional consigna de los combatientes islamistas.

Pese a que esta versión no fue confirmada por ninguna fuente oficial, más tarde el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, emitió un mensaje a la nación y se refirió a la guerra que mantiene el Ejército en la vecina siria contra milicias islamistas, principalmente el Estado Islámico (EI), y los kurdos, aliados de las guerrillas independentistas con las que pelean en su propio territorio.

«Están intentando desestabilizar nuestro país y destrozar la moral del pueblo creando el caos. Pero estamos decididos a eliminar estas amenazas en su punto de origen», aseguró el presidente turco, quien en agostó pasado dio la orden de invadir con tanques y tropas el convulsionado norte de Siria, después de años de rumores de alianzas no declaradas con milicias insurgentes sirias.

«Turquía está determinada a hacer lo que sea necesario en la región para mantener la seguridad y paz de los ciudadanos turcos», agregó Erdogan, al prometer que la ofensiva turca en la vecina Siria continuará.

Según denunció hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres y una vasta red de contactos en el terreno, la ofensiva de Turquía en el país vecino ya dejó un saldo de 277 civiles muertos.

Por eso, si bien ningún grupo armado se reivindicó aún el atentado, los canales turcos adelantan que la Policía sospecha de la rama local del Estado Islámico.

A lo largo del 2016, unas 300 personas murieron en Turquía en atentados cometidos supuestamente por el EI y por el TAK, un grupo escindido de la guerrilla independentista kurda Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

Las autoridades policiales habían anunciado el despliegue de 17.000 policías por todo Estambul en el marco de los festejos de Año Nuevo. Tres semanas antes, un atentado reivindicado por un grupo radical kurdo dejó 44 muertos, incluyendo una mayoría de policías, en el centro de Estambul. La metrópolis turca también se ha visto sacudida por varios atentados atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (ISIS).

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