Un poderoso terremoto de 8,2 grados sacudió este viernes el sur de México, dejando al menos 32 muertos, en lo que fue calificado como el mayor sismo registrado en los últimos cien años en el país.

El estado de Oaxaca, en el sur, fue uno de los más afectados.

El gobernador de esa entidad, Alejandro Murat, dijo a la televisión local que se registraron 23 personas fallecidas de forma preliminar, 17 de ellas tan solo en la localidad de Juchitán, en el sureste del estado.

En Juchitán «hay casas colapsadas con gente al interior de las mismas», dijo Luis Felipe, coordinador general de protección civil federal, a la cadena Televisa.

El vecino estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, reportó siete muertos. Además, hay dos menores fallecidos en Tabasco, también en el sur, y las autoridades advierten que este número puede aumentar en las próximas horas.

El terremoto es el «mayor registrado en el país en los últimos 100 años», dijo el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en un mensaje televisivo momentos después del movimiento telúrico.

El sismo ocurrió a las 23H49 locales del jueves (04H49 GMT del viernes) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 km de la costa, a una profundidad de 19 km y desató una alerta de tsunami para los estados de la porción central y sur de la costa del Pacífico mexicano. Pero ésta fue levantada poco después.

El pánico se apoderó, de norte a sur, de gran parte de los 120 millones de habitantes del país. Muchos salieron a las calles en pijamas, cargando a sus hijos o a sus mascotas.

De momento, en los estados del centro del país y en Ciudad de México, una megalópolis con 20 millones de habitantes, no se registraron mayores daños materiales ni se reportaron víctimas.

Las autoridades alertaron sobre una posible réplica superior a 7 en las próximas horas.

México está amenazado además por el huracán Katia, de categoría 1, que avanza este viernes por el Golfo de México hacia el estado de Veracruz, en una terrible semana en la que otros dos ciclones, Irma y José, también cruzan el mar Caribe con una estela de muertos y graves daños materiales.

 

«¡Se meneaba el coche!»

Miles de capitalinos, muchos de ellos con ropa de dormir pues el sismo se sintió diez minutos antes de la medianoche, salieron de sus casas al escuchar la alerta sísmica, que avisa a la población un minuto antes de que se registre un movimiento telúrico.

«Iba manejando cuando empezó a temblar, !se meneaba el coche!», contó a la AFP Cristian Rodríguez, un conductor de Uber de 28 años que circulaba por el norte de la ciudad.

«Se escuchó una detonación. Parece que fue un transformador pero no sabemos. Y los semáforos se agitaban en un vaivén impresionante», explicó Mayaro Ortega, una psicóloga de 31 años quien evacuó junto con sus vecinos un edificio del norte de la ciudad.

Sin embargo, en la capital y su zona metropolitana, con más de 20 millones de habitantes, no se registraron mayores afectaciones, el transporte público siguió operando y el aeropuerto suspendió momentáneamente algunas operaciones.

«Tenemos reportes de algunos cristales fracturados, rotos que cayeron hacia vialidades, bardas colapsadas. Hasta el momento no tenemos incidentes relacionados con personas», señaló a Televisa Fausto Lugo, director Protección Civil de la capital.

Expertos y autoridades explicaron que este sismo no se resintió en Ciudad de México como otros de menor magnitud porque el epicentro está a unos 800 km de la megaurbe, que es afectada sobre todo por terremotos que se generan en la costa de Guerrero, a unos 400 km.

Las autoridades alertaron de la posibilidad de que se registre una réplica superior a 7 en las próximas horas. Hasta ahora suman más de un centenar de sismos de menor grado.

El temblor también fue sentido notó en la mayor parte de Guatemala, donde no se reportaron víctimas o daños.

La prensa local guatemalteca informó sin embargo de cortes de electricidad en algunos poblados del oeste, fronterizo con México, además de que muchas personas salieron de sus viviendas por miedo.

México se ubica entre cinco placas tectónicas, cuyos movimientos convierten al país en uno de los que registra mayor actividad sísmica en el mundo.

En la memoria de muchos mexicanos sigue el sismo de septiembre de 1985, que dejó más de 10.000 muertos, si bien organizaciones civiles estiman que fueron más de 20.000 las víctimas.

Desde entonces se han endurecido las reglamentaciones en materia de construcción y planes de protección civil.