El papa Francisco pidió este miércoles que se haga «todo lo posible» para evitar una «catástrofe humanitaria» en Gaza, en donde el Ejército israelí mantiene el asedio a la población palestina local tras el ataque de Hamas, al tiempo que convocó a una jornada de oración y ayuno para pedir por la paz mundial el próximo 27 de octubre.

«También hoy el pensamiento va a Palestina, a Israel. Las víctimas aumentan», dijo el pontífice durante la Audiencia General de este miércoles en Plaza San Pedro, a más de diez días de los ataques del grupo islamista palestino Hamas que desencadenaron una nueva espiral de violencia en Medio Oriente.

En ese marco, mientras Israel mantiene el asedio con corte de suministros y ayuda a la Franja de Gaza ante la posibilidad de una eventual invasión aún no confirmada, el Papa sostuvo que «la situación en Gaza es desesperada».

«Por favor que se haga todo lo posible para evitar una catástrofe humanitaria», reclamó en ese sentido, luego de que el martes un bombardeo sobre un hospital de la Franja, por el que Israel y Hamas se acusan mutuamente, dejó al menos 200 muertos.

Desde los ataques de Hamas del sábado 7, el Vaticano ha pedido que se respete el derecho humanitario en Gaza y que la considerada «legítima defensa» de Israel no «ponga en riesgo» a los civiles palestinos.

«Inquieta la posible ampliación del conflicto mientras en el mundo tantos frentes bélicos están ya abiertos», advirtió el Papa, que pidió también «que callen las armas y se escuche el grito de paz de los pobres, de la gente, de los niños».

Para el pontífice, «la guerra no resuelve ningún problema, solo siembra muerte y destrucción» al tiempo que «aumenta el odio, multiplica la venganza».

«La guerra cancela el futuro», expresó antes de convocar «a los creyentes a tomar en este conflicto una sola parte, la de la paz, pero no en palabras, sino en oración, con la dedicación total»

En ese marco, Francisco anunció la convocatoria a una jornada de «oración, ayuno y penitencia» en Plaza San Pedro para el 27 de octubre a las 18 de Roma (13 de Argentina) para la que invitó «en el modo que consideren oportuno a hermanos y hermanas de otras confesiones cristianas, a los pertenecientes a otras religiones y los que tienen en el corazón la causa de la paz en el mundo».