El papa Francisco volvió a advertir hoy sobre la «desesperada situación humanitaria» de los palestinos de Gaza, y pidió en su mensaje de Navidad la liberación de los rehenes todavía retenidos por Hamas y un nuevo alto el fuego entre el movimiento islamista e Israel.

«Renuevo un llamado apremiante para la liberación de quienes aún están retenidos como rehenes. Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes», expresó Francisco en su tradicional bendición «urbi et orbi» a la ciudad de Roma y al mundo.

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Pidió además que «se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda» a la Franja de Gaza, que está asediada y bombardeada por Israel desde hace más de dos meses y medio.

El líder espiritual de los católicos del mundo expresó su deseo de que «no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina, por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes».

Desde los ataques de Hamas a territorio israelí del 7 de octubre y la inmediata respuesta de Israel, Francisco hizo reiterados llamados a un acuerdo en la región y advertencias sobre la situación humanitaria en la Franja.

Hoy, reclamó para ese eventual entendimiento «una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internacional», y enfatizó la consigna de «no a la guerra, sí a la paz».

Ante la plaza San Pedro del Vaticano, el obispo de Roma se refirió también en su discurso en italiano al «martirizado» pueblo de Siria, y pidió la paz para Ucrania, a casi dos meses del segundo aniversario de la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.

En un tramo de su homilía dedicada al «continente americano», el Papa argentino apeló a los dirigentes «para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas».

Consideró que esa tarea debe incluir la lucha «contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, resolver las desigualdades y afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones».

Más de 20.500 palestinos, incluyendo unos 8.000 niños, han muerto en bombardeos israelíes y combates entre Israel y Hamas en Gaza desde el 7 de octubre, y 1,9 de los 2,3 millones de habitantes de la región tuvieron que huir de sus casas por la violencia.

Unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, fueron asesinadas el 7 de octubre por milicianos de Hamas infiltrados desde Gaza en el sur de Israel. Otras 240 personas fueron secuestradas y llevadas a Gaza, incluyendo una veintena de argentinos.