Las experiencias cercanas a la muerte, o sea cuando una persona muere físicamente y luego vuelve a la vida, son más comunes de lo que pensamos. Estudios mundiales sostienen que no menos del 5% de las personas las han experimentado. Este es el Aviso o Iluminación de Conciencia que ya está sucediendo con cada vez más frecuencia.

Aquí hablaremos sobre cómo Dios está entrenando a los seres humanos para cuando venga el aviso masivamente, momento en el que a cada uno “Él” se le revelará, verá sus pecados como Dios los ve y será invitado a la conversión.

Las experiencias cercanas a la muerte son permitidas por Dios, probablemente con el objetivo de despertar la conciencia de los que las experimentan, como también de quienes están a su alrededor. Y también para que sean conocidas a través de los medios de comunicación.

A través de las historias de ellas, Dios nos está llevando a comprender que “Él” existe, a redefinir lo que es la muerte, a establecer que la vida es eterna, y a que comprendamos que después de dejar el cuerpo material entraremos en una existencia sustancialmente más feliz que la de la Tierra. Pero que tenemos que hacer méritos para llegar allí.

Las investigaciones de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, pionera en estudios cercanos a la muerte, han identificado el proceso de la muerte en tres etapas.

La primera etapa es a nivel físico, cuando dejas el cuerpo, que es un capullo. De ahí te mueves al segundo nivel, que llamó de la “conciencia total”, en que tu alma se siente como si tuviera el cuerpo completo y eres más consciente de todo lo que sucede alrededor.

Por ejemplo, las personas ciegas pueden ver cuando entran en este estado psíquico de la muerte, como ella le llama.

Y finalmente se llega al tercer nivel, el espiritual final, que es relatado como la luz al final del túnel.

La persona ya no tendrá miedo de morir cuando ve la luz al final del túnel Y experimentará una abrumadora sensación de felicidad y de amor.

Dice que en este punto se corta el cordón de energía invisible entre el cuerpo físico y el alma, finaliza el viaje espiritual y ya estás en el Reino de Dios.

Allí tienes un conocimiento completo de todas las cosas y fuerzas externas te llevan a que revises lo que hiciste en la vida, tus pensamientos, tus palabras y cómo han afectado a otros.

En 1977 la Dra. Kübler-Ross presentó los resultados de su estudio mundial de décadas.

Ella concluyó que la muerte realmente no existe.

Pero que todos los que han tenido experiencias cercanas a la muerte, están plenamente conscientes de perder el cuerpo físico.

Cuando nos separamos del cuerpo físico nos damos cuenta que las personas que aún viven no pueden vernos ni oírnos. Y viajamos a través de un túnel, o pasamos por una puerta o cruzamos un puente o algo familiar para nuestra cultura. Al final de este viaje somos inundados por una luz indescriptible de amor.

Allí nos encontramos con seres queridos fallecidos que nos están esperando, no hay tiempo ni distancia; para estar junto a una persona, solamente hay que pensar en ella y se nos muestra la vida en forma total. En ese momento comprendemos que la vida en la Tierra no era más que un aprendizaje. Por lo que quienes han vuelto regresan sin temor a morir de nuevo y con sus vidas profundamente cambiadas.

Otro científico, el Dr. Bruce Greyson, también hizo un estudio mundial sobre las experiencias cercanas a la muerte.

Encontró relatos de experiencias cercanas a la muerte en las diferentes culturas, y en las religiones judeo cristianas, hinduista, budista y musulmana, etc.

Relatos que se remontan a la antigua Grecia, Roma y Egipto, y que son esencialmente la misma experiencia. Algunas personas describieron su viaje a través de estructuras cerradas largas y oscuras para llegar al otro lado.

Mientras que en Occidente la gente lo llama túnel, en Oriente lo describen como un pozo o una cueva.

La mayoría de las personas estudiadas dicen que esta experiencia que tuvieron fue más real que la realidad física en la Tierra.

La gente informó que allí pensaba más rápido y con más claridad que nunca. No había sentido del tiempo, pero tenían una repentina sensación de comprensión total. A veces incluso vieron su vida literalmente desde la perspectiva de otras personas.

Porque comprobaron que todos los seres humanos estamos interconectados.

Las experiencias cercanas a la muerte también implican un cambio en los sentimientos y las emociones, incluyendo una abrumadora sensación de paz, bienestar, alegría, unidad cósmica de uno con todo.

Tuvieron un sentimiento de amor incondicional por parte de un ser de luz, al que a menudo algunos llaman un ser divino, y otros llaman Dios.

Además, hay cambios en los sentidos. Las personas ven colores y escuchan sonidos que nunca experimentaron en la Tierra, incluso escuchan cosas que suceden muy lejos y tienen visiones del futuro.

También se encuentran con seres queridos fallecidos. Y cuando vuelven de la muerte, estas personas a menudo regresan con una disminución del miedo a la muerte. Con la sensación de que todo lo que les sucede tiene un significado y un propósito.

Hay cambios muy significativos hacia una mayor espiritualidad, y hacia la búsqueda del significado de las cosas de la vida.

Más preocupación y compasión por los demás porque ven a todos como conectados, mayor autoaceptación y menos preocupación por las metas mundanas.

En definitiva, las experiencias cercanas a la muerte provocan cambios en los sentimientos, el comportamiento, en las relaciones y en la carrera.

A estas conclusiones que llegaron los científicos, comenzando su investigación desde la medicina, también llegaron los judeocristianos muchos siglos antes, por revelaciones del Cielo y por experiencias concretas de fieles, que interpretaron como una prueba de la verdad de su religión.