El patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, en una entrevista concedida a la televisión italiana de la Conferencia Episcopal Italiana, Tv2000, subrayó que la noticia de la destrucción de parte de la iglesia de San Porfirio se conoció con «gran dolor».

«El dolor de esas familias, que ya vienen sufriendo desde hace mucho tiempo, es enorme y nosotros estamos con ellos”, manifestó el patriarca y agregó: “Rezamos para que esta situación termine lo antes posible». Esperemos que vuelva la razonabilidad a quienes toman decisiones. La guerra y las bombas nunca han solucionado los problemas, al contrario, siempre crean otros nuevos.»

El viernes por la tarde un ataque aéreo llevado a cabo por la fuerza aérea israelí provocó la destrucción de uno de los edificios de la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio.

Hay al menos 18 víctimas y otras 10 personas siguen bajo los escombros. Muchos heridos fueron trasladados a la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza. En total, más de 500 personas fueron acogidas en la iglesia católica de Gaza. La presencia de más de 50 niños discapacitados, ancianos muy enfermos y heridos, incluidos los que sobrevivieron al ataque que devastó parte de la iglesia ortodoxa de San Porfirio, hace aún más crítica la situación.

«Ahora también tememos por ellos. Muchos heridos que estaban en el recinto ortodoxo han venido ahora a nosotros porque no tienen otro sitio. El riesgo está ahí porque sabemos que la zona y el barrio son objetivos militares. Han llegado las advertencias».

«Nuestra comunidad, que está informada de todo -dijo el cardenal Pizzaballa-, decidió quedarse. En primer lugar, porque no saben adónde ir y luego porque dicen que ningún lugar de la Franja de Gaza es seguro. Así que prefieren quedarse allí, rezando y confiando en Dios. Es muy hermoso ver cómo, a pesar de todo, consiguen mantener una fe firme, que no se ha visto sacudida ni siquiera por estas bombas».

En la entrevista, el cardenal Pizzaballa no oculta su gran tristeza ante la masacre de la iglesia ortodoxa de San Porfirio en Gaza: «Experimentamos un gran dolor. El dolor de esas familias, que ya han sido juzgadas durante tanto tiempo, es enorme y estamos con ellas. Es difícil hablar de ello, rezamos para que esta situación termine lo antes posible. Esperamos que la sensatez vuelva a los responsables políticos. La guerra y las bombas nunca han resuelto los problemas, al contrario, siempre crean otros nuevos».

“Estoy muy preocupado, concluye Pizzaballa – de esta enorme carga de odio que hay por todas partes. Estamos tan llenos de dolor que no podemos ver el dolor de los demás y esto nos ciega”.