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Federico Sturzenegger, Javier Milei y la realidad paralela

Mientras el DNU de Federico Sturzenegger se derrumba, él aconseja la guerra a Javier Milei. Es una frivolidad insoportable que, además, revela mucha ignorancia.
Federico Sturzenegger, Javier Milei y la realidad paralela

Federico Sturzenegger afirmó que un cheff de la Quinta Presidencial había contado al jubilarse, que cambiaban los Presidentes pero los comensales siempre eran los mismos: «la Casta«, para Javier Milei. Algunos politólogos lo llaman «el Poder permanente«. Sturzenegger explicó que su sinónimo sería «establishment».

Entonces, en teoría, Javier Milei debería, además de no invitar a nadie a la Quinta de Olivos, desregular el espacio de las corporaciones para quitarle poder a «la Casta».

Sin embargo, tanto el DNU en crisis como la fallida Ley Ómnibus que inspiró Sturzenegger, han sido identificadas como defensoras de beneficios específicos de integrantes del «establishment«, o sea «la Casta«. Una paradoja del economista de la Universidad San Andrés.

De UIA a AEA y CAA

Hasta la fecha, los desplazamientos al exterior del presidente Milei han sido coprotagonizados por referentes empresariales que integran el «establishment» o «la Casta», según Sturzenegger. El Presidente ha viajado inclusive en aviones contratados por ellos y los ha propuesto para liderar las embajadas del país en el exterior, lo que revela que le merecen orgullo.

Javier Milei se ha alojado en lugares donados por integrantes de ‘la Casta’ y luego designó a allegados a ellos en cargos públicos que atienden intereses específicos de sus donantes.

La defensa tanto del DNU como del proyecto de Ley Ómnibus provino de voceros de asociaciones gremiales empresarias tales como la Unión Industrial Argentina y la Asociación Empresaria Argentina. Inclusive el Consejo Agroindustrial Argentino.

Por cierto que es una contradicción la definición de ‘la Casta‘ (el ‘establishment‘) como un problema, y los compañeros que elige el presidente Milei, muchos de ellos patrocinadores de su campaña electoral.

El enemigo

Sin embargo, en una redefinición de ‘la Casta’, Javier Milei ha mencionado a gobernadores, legisladores y sindicalistas.

Es otra curiosidad presidencial, que lleva a imaginar que la definición de ‘la Casta‘ es líquida.

En el inicio de su gestión, él llegó a promover acuerdos con gobernadores y el ministro del Interior, Guillermo Francos, realizó una sesión de fotografías en Casa Rosada con varios de ellos: Raúl Jalil (Catamarca), Martín Llaryora (Córdoba), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Gustavo Sáenz (Salta).

Ahora, al menos Llaryora y Sáenz se encuentran en la lista de ‘la Casta’, aún cuando sean gobernantes tan legítimos como Milei porque surgieron de la elección universal, libre y secreta de los ciudadanos.

Sindicatos

Durante su campaña proselitista, el entonces candidato Javier Milei tuvo reuniones con al menos 2 sindicalistas (Gerardo Martínez, UOCRA; y Luis Barrionuevo, UTGRAH), ¿lo sabrá Federico Sturzenegger?

Con ambos, Milei comenzó a elaborar coincidencias sobre una reforma laboral, y otros sindicalistas hicieron llegar aportes posibles.

Sin embargo, algo sucedió más tarde y los sindicalistas realizaron un paro general con una movilización muy exitosa en pleno verano caluroso cuando Milei llevaba 40 días en el gobierno.

En definitiva, Milei es inestable o volátil en sus consensos, y quienes no aceptan sus exigencias son incorporados al universo de ‘la Casta’. El procedimiento es pueril.

Federico Sturzenegger

En otras declaraciones durante el Carnaval, Sturzenegger continuó con su murga. Él habló de los “grupos de interés” existentes -que serían ‘la Casta‘- y que hay que “empobrecerlos” para reformar la estructura política y económica de la Argentina. Es importante precisar si esa erosión será legal o ilegal.

Por ejemplo, integran el bando ‘de los malos’, los sindicalistas y los sindicatos, a quienes acusó de apropiarse de hasta el 5% del salario del afiliado (el caso del Smata, con una cuota sindical del 4%). Paradojal si se considera que los gastos del balotaje de La Libertad Avanza se intentaron financiar con un grupo de sindicatos que integran la CGT (Confederación General del Trabajo).

En el caso del sindicato más voluminoso de la Argentina, el de Comercio, los aportes del 2% al SEC y el 0,50% a la FAECYS, son obligatorios porque integran el Convenio Colectivo de Trabajo y no responden a la afiliación del trabajador.

Es otra contradicción de Sturzenegger porque los sindicalistas son elegidos en forma voluntaria por los afiliados. Y el porcentaje aparece en convenios con empresarios que homologa el Estado.

  • ¿Sturzenegger está proponiendo que el Estado intervenga para definir el monto de la cuota sindical?
  • ¿Él prefiere que el Estado imponga que no haya ningún aporte?

Made in USA

El tema de los aportes a los sindicatos es muy interesante. USA -ya que Sturzenegger expuso en la Universidad de Miami y mantuvo una conferencia virtual con la Universidad de Harvard– vive un auge de huelgas y sindicalismo.

En agosto 2023 había en curso 900 huelgas en USA -más de 300 de ellas en California, el estado responsable del 15% del PIB de la nación, apuntó la BBC-.

No sólo triunfó el conflicto de los guionistas de Hollywood contra las productoras de cine y TV, sino que casi fueron al choque los empleados de la empresa postal UPS. En ambos casos triunfaron los reclamantes.

También se ha extendido la afiliación sindical en los almacenes de Amazon.com y creció el conflicto del sindicato metalúrgico United Auto Workers (UAW) con las 3 automotrices de Detroit (Michigan): Ford, Stellantis y General Motors.

En la página web de UAW se informa que las cuotas sindicales son 2,5 horas de pago regular por mes. Para alguien que gana US$ 25 por hora, eso es US$ 62,50 por mes. Es cierto que, en términos relativos, son mucho más bajas que las que cobra SMATA.

UAW explica que la mayoría de los trabajadores automotrices recibieron, en 4 años, un aumento de entre US$32 por hora y US$ 42 por hora: «Eso es alrededor de US$ 1.700 más al mes, por el costo de US$80 a US$ 100 al mes en cuotas. ¿Aceptarías ese trato?», pregunta la UAW.

Y remata: «Las cuotas son importantes porque proporcionan los recursos necesarios para construir y sostener un sindicato fuerte y derechos en el lugar de trabajo. Se necesitan recursos para tener un sindicato fuerte». Pero existen los aportes sindicales.

La pesca

La Ley Ómnibus o ‘Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos’ tuvo un aspecto muy polémico referido a la pesca.

Es evidente que Sturzenegger estuvo en el tema porque lo acaba de reivindicar durante sus conferencias:

  • “Mi ejemplo preferido de estos días es la pesca. Básicamente tenemos un sistema donde hay unos cuantos pescadores que pescan en el mar y básicamente pagan una regalía de 0,15% al Gobierno…. Es gratis básicamente. En nuestro proyecto que enviamos al Congreso la idea era subastar ese derecho de pesca y quedarnos con la renta para la población. No era que íbamos a permitir extraer todo a los pescadores extranjeros”.
  • “Creemos que es normal. Eso es lo que se tiene que cambiar, pero ¿cómo se cambia esto…? Porque el statu-quo es muy poderoso y fuerte, controla los medios de comunicación, la calle y algunas personas hasta dicen que controlan el Congreso con lobby. ¿Con qué estrategia se cambia esto?”.
  • “Una posibilidad es empobrecer a estos grupos de interés y drenarlos de los recursos. Si se hace podemos tener una posibilidad de luchar contra estos grupos de interés”

La realidad paralela

Hay varios conceptos cuestionables pero hay uno que es curioso que él lo mencione en USA. El lobby es una actividad institucionalizada en ese país. Nadie cuestiona que exista el cabildeo en el Capitolio, siempre que se encuentre registrado. Federico Sturzenegger debería salir de su burbuja.

Luego, su proyecto de pesca estuvo mal redactado y mal presentado, según explicaron funcionarios a los referentes sindicales. Esto tiene que ver con el desconocimiento de los economistas por el Derecho, las leyes y códigos vigentes. Y la ausencia de participación de la tecnocracia estatal en el proyecto de marras.

En estos errores ‘procesales’ comenzó el derrumbe de la Ley Ómnibus, de lo que Sturzenegger no se hace cargo.

Sin embargo, la mayor equivocación de Sturzenegger consiste en no entender que las leyes y decretos vigentes requieren un debate y una batalla cultural previa. No pueden modificarse ‘de facto’ (DNU) ni por una Ley Ómnibus interminable.

La siguiente frase confirma que Sturzenegger desconoce el poder, su anatomía cómo se articula: «La gente piensa que el programa de desregulaciones de Milei es nada más que una desregulación económica para la competencia y el crecimiento, pero por debajo se trata también de un programa político para cambiar la estructura de la política«.

El objetivo es bien complejo y ameritaría otro tipo de acciones previas. No es así como se modifica. Pero más grave que la opinión de Sturzenegger resulta que Javier Milei, Presidente de la Nación, coincida con todo eso.

 

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