Los inversionistas mundiales están a la expectativa del impacto que tendrá el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en los flujos de capitales a los mercados emergentes. Para el FMI, ese proceso reducirá las inversiones de cartera por dos años. Y advierte que las economías de mercados emergentes podrían tener más dificultades para financiar sus déficits y refinanciar su deuda. Parece un aviso hecho a la medida de la Administración Macri. Sobre ese análisis, el Instituto de Finanzas Internacionales ubicó a la Argentina como el segundo país más vulnerable a shocks externos.

El Fondo Monetario Internacional viene advirtiendo sobre el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) que tiene gran impacto entre los inversionistas pero especialmente sobre los países emergentes que necesitan de capital extranjero para financiar sus déficits y refinanciar su deuda. La mención parece hecha a la medida de la Argentina y la política de endeudamiento de la Administración Macri. Sobre el caso argentino, apoyado en las conclusiones del FMI, el Instituto de Finanzas Internacionales ubicó a nuestro país Argentina como el segundo más vulnerable a shocks externos.

Según Robin Koepke (economista del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI) en el blog DialogandoAFondo, que depende del organismo mundial, “las estimaciones del nuevo modelo del FMI indican que la normalización —aumento de la tasa de política monetaria y repliegue del balance— tenderá a reducir las entradas de inversiones de cartera en alrededor de USD 70.000 millones en los próximos dos años, frente a un promedio de entradas anuales de USD 240.000 millones desde 2010”.

“El proceso iniciado en octubre de reducción del balance de la Reserva Federal valuado en USD 4,5 billones es el factor que más ha incidido en los flujos de inversión de cartera (definidos como compra de acciones y bonos de mercados emergentes por parte de inversionistas extranjeros). Ante una menor disponibilidad de capital extranjero, las economías de mercados emergentes podrían tener más dificultades para financiar sus déficits y refinanciar su deuda conforme esta vaya venciendo. Es por ello que la Fed debería proceder de manera gradual y comunicar sus planes con claridad”, agrega Koepke.

 “En el último Informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR, por sus siglas en inglés) del FMI se observa que la política de expansión monetaria a gran escala ha sido responsable de gran parte de los flujos de inversión de cartera que han recibido las economías de mercados emergentes desde la crisis financiera mundial. En particular, se estima que desde 2010 alrededor de USD 260.000 millones de las entradas de inversiones de cartera obedecieron al “impulso” de la política monetaria no convencional aplicada por la Reserva Federal, y no a factores de “atracción” de las economías locales. Las estimaciones se basan en un modelo econométrico adaptado de un estudio de 2014. Se estima que las compras a gran escala que realizó la Fed y que redujeron las tasas a largo plazo en Estados Unidos son responsables de USD 170.000 millones de esa cifra total, ya que los inversionistas debieron equilibrar sus carteras invirtiendo en activos de mercados emergentes de mayor rendimiento. Los otros USD 90.000 millones respondieron a los movimientos a la baja en las expectativas de mercado acerca de las futuras tasas de política monetaria de la Fed”.
 Pero aún queda alguna esperanza, según el economista “nuestras estimaciones suponen que la tasa de política monetaria de Estados Unidos aumentará a un poco menos de 3% hacia finales de 2019, y que el proceso de endurecimiento monetario será ordenado y no perjudicará el crecimiento de los mercados emergentes”.

Sobre este análisis del FMI, el Instituto de Finanzas Internacionales (asociación empresarial mundial de instituciones financieras creado en 1983 por 38 bancos de los principales países industrializados) dio a conocer sus índices  para países emergentes y reveló que Argentina está entre los 3 con más vulnerabilidad a crisis externa, junto a Turquía y Ucracnia.

Este estudio evalúa la interacción de veinte indicadores agrupados en tres índices de vulnerabilidad: el de financiamiento externo, el de financiamiento doméstico y el de política.

De las veinte variables en análisis, Argentina posee siete en rojo, solo superada por Turquía y por Ucrania con ocho de estos indicadores en la zona de alta temperatura.

Con un índice de vulnerabilidad externa de 0,89 -el más alto de los diecinueve países estudiados-, Turquía es la peor posicionada en el ranking, seguida por Argentina con 0,87.