Pese a su salida del poder, la expresidenta Cristina Kirchner sigue dando instrucciones a diputados y senadores del Frente para la Victoria, entre los que hay varios leales incondicionales pero también peronistas «huérfanos» de conducción.

La conflictiva reunión del último martes en la Comisión Bicameral del Congreso encargada de dictaminar sobre los DNU presidenciales puso en evidencia dos cosas: las tensiones internas del FpV que amenazan con fracturar al espacio y la obediencia de muchos legisladores a la ex presidenta.

Fuentes del bloque de senadores del FpV confirmaron que Cristina Kirchner llamó por teléfono desde Calafate para ordenar que la camporista Anabel Fernández Sagasti fuera ubicada en esa comisión en lugar del peronista entrerriano Pedro Guastavino.

Luego que el jefe de la bancada de senadores, Miguel Ángel Pichetto, acatara el pedido de Cristina la presencia del FpV en esa comisión quedó configurada casi en su totalidad por kirchneristas puros con una particularidad: ninguno tiene un gobernador o un líder a quien responder.

Es el caso de las diputadas Diana Conti y Juliana di Tullio y el senador Juan Manuel Abal Medina, todos ellos de la provincia de Buenos Aires, del diputado camporista Marcos Cleri de Santa Fe y de la senadora Fernández Sagasti de Mendoza, todas provincias que no tienen gobernador peronista.

Si bien los camporistas son leales incondicionales de la ex jefa de Estado, hay muchos peronistas clásicos en el FpV, como el rionegrino Pichetto, cuya orfandad los lleva a cumplir órdenes de Cristina hasta que el PJ defina una nueva conducción.

Esos dirigentes creen que desobedecer los pedidos de la ex presidenta en este momento llevaría a que tanto el bloque de diputados como el de senadores se divida casi de inmediato y los legisladores con mayor experiencia quieren evitar, precisamente, una fractura anticipada.

La división ya empezó a notarse en ambos bloques -e incluso se percibe la diferencia entre los diputados del FpV, de postura combativa, y los senadores, que eligen un rol más institucionalista- pero nadie quiere que la ruptura se concrete antes del congreso del PJ nacional.

Según supo, en la última semana, durante una reunión en la quinta de Olivos, el Presidente afirmó que su antecesora llama con insistencia a diputados y senadores para pedirles que endurezcan su perfil opositor.

Además, en la reunión que mantuvo el martes pasado en Casa Rosada con sus principales referentes parlamentarios, los radicales le sugirieron replantear la relación con el peronismo porque «no cumplen los acuerdos».

Los legisladores de la UCR se quedaron con esa sensación luego de la reunión de la Comisión Bicameral, en la que el acuerdo inicial que habían cerrado con Pichetto para tener una presidencia compartida del cuerpo se frustró cuando los diputados del FpV sorprendieron con un cambio de planes.

Las elecciones internas del PJ definirán la nueva conducción del partido en medio de la puja entre las distintas líneas internas que conforman el kirchnerismo, los gobernadores del PJ tradicional y los «disidentes» como Sergio Massa, José M