La llegada de Sergio Massa y Javier Milei al balotaje del próximo 19 de noviembre abrió una serie de interrogantes que conviene despejar para conocer todos los escenarios posibles. Ninguno de los dos consiguió el porcentaje de votos necesario para evitar la segunda vuelta, así que los ciudadanos tendrán que volver a las urnas.
En ese marco, es necesario tener en cuenta todas las posibilidades que están contempladas en el Código Electoral Nacional. Dicha norma contiene, por ejemplo, la respuesta a una de las preguntas que más circularon en el último tiempo: ¿qué pasa si uno de los candidatos decide bajarse de la disputa?
El texto es claro y en el artículo 155 indica que «en caso de renuncia de los dos candidatos de cualquiera de las dos fórmulas más votadas en la primera vuelta, se procramará electa a la otra». Esto quiere decir que si la dupla de la Libertad Avanza, integrada por Javier Milei y Victoria Villarruel, abandona sus aspiraciones de llegar a la Casa Rosada, el binomio de Unión por la Patria que conforman Sergio Massa y Agustín Rossi será proclamado como ganador de la elección presidencial. Lo mismo ocurriría en caso contrario y, si el actual ministro de Economía y el jefe de Gabiente se bajan, saldrían victoriosos los postulantes de LLA.
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Asimismo, cabe preguntarse qué pasaría si solo uno de los integrantes de la fórmula toma la decisión de dejar de competir. El Código Electoral Nacional también contempla esta chance y determina que «en caso de renuncia de uno de los candidatos de cualquiera de las dos fórmulas más votadas en la primera vuelta, no podrá cubrirse la vacante producida» y «para el caso que la renuncia sea del candidato a presidente, ocupará su lugar el candidato a vicepresidente».
Al pasar esto en limpio, significa que en el caso que Sergio Massa decline su candidatura presidencial, el que quedaría en su puesto sería Agustín Rossi, mientras que si Javier Milei opta por bajarse del balotaje, la que lo reemplazaría sería Victoria Villarruel. Ambos sin cubrir la vacante que quedaría detrás.
El artículo 155 del Código Electoral Nacional.
Antecedentes
Las formas de evitar esta instancia de segunda vuelta están fijadas en la Constitución Nacional, donde dice que -en sus artículos 97 y 98- que si la fórmula más votada obtenía el 45% «de los votos afirmativos válidamente emitidos» o «el 40% de los votos, con una diferencia mayor a los diez puntos porcentuales respecto de la fórmula que le sigue», sus integrantes hubiesen sido proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación. Los sufragios cosechados por Unión por la Patria y La Libertad Avanza estuvieron lejos de esos resultados, así que volverán a competir el 19 de noviembre.
En la historia argentina hay dos antecedentes de candidatos que se bajaron del balotaje. El primero fue en 1973, momento en el que la ley determinaba que, si ninguno de los postulantes superaba el 50% de los respaldos en las urnas, debía haber segunda vuelta. El dirigente del Partido Justicialista, Héctor Cámpora, cosechó el 46,5% de los votos en esa primera instancia y Ricardo Balbín, de la Unión Cívica Radical, se retiró de la carrera electoral.
El segundo caso ocurrió este siglo y corresponde a la disputa que iban a encarar Carlos Menem y Néstor Kirchner. La fórmula conformada por el expresidente y Juan Carlos Romero abandonó tras reunir el 24,45% de los votos frente a los 22,25% que cosecharon Kirchner y Daniel Scioli, del Frente para la Victoria. Las encuestas marcaban que las chances del riojano estaban complicadas, por lo que saltó de la contienda y el entonces gobernador de Santa Cruz se alzó con la banda presidencial.
Aún más acá en el tiempo, aparece un balotaje que sí llegó a concretarse. En 2015, la dupla de la alianza Cambiemos, Mauricio Macri y Gabriela Michetti, triunfó en segunda vuelta sobre Daniel Scioli-Carlos Zannini. El escrutinio definitivo de aquel año determinó que los ganadores se impusieron con el 51,34% ante el 48,66% de los postulantes del Frente para la Victoria.
