Por Natalia Caneva

Desde la óptica geopolítica que suele regir los análisis y abordajes del ciclo Café Internacional, emitido por Radio Síntesis del Diario Conclusión, en esta ocasión nos adentramos en el escenario político paraguayo de la mano del académico oriundo de ese país, Marcos Pérez Talia, quien propone un recorrido por los principales puntos a tener en cuenta para entender el impacto de la pandemia en el plano doméstico. Empezando con la economía, pasando por la presidencia de Abdo Benítez y terminando con el rol de la oposición, analizamos la gestión política de la crisis y el escenario que podría esperarse de cara al período post-Covid.

Sabemos que la pandemia vino para poner en pausa la cotidianidad de nuestras vidas, a cada uno le afectó de distinta manera pero, ¿en qué estado socio-económico recibe Paraguay al Covid-19?

– La pandemia le encontró a Paraguay en un intento de recuperación económica luego de un estancamiento de crecimiento del año 2019. La economía paraguaya en los últimos años venía creciendo a un ritmo interesante, aunque en 2019 se detuvo. El primer semestre estuvo fuertemente afectado por el clima adverso y el débil desempeño económico de Argentina. Las mejoras del segundo semestre no alcanzaron para cerrar el 2019 con balance positivo. Por tanto, se esperaba que el 2020 tenga un efecto rebote importante, aunque por motivos del COVID-19 las estimaciones de crecimiento pasaron para el 2021.

A los efectos de paliar la actual crisis económica, el Estado paraguayo incorporó dos programas: “Ñangareko” y “Pytyvô” que implican transferencias monetarias a los sectores afectados por la pandemia. La cuestión interesante aquí pasa por cómo obtener esos recursos para financiar las políticas de emergencia. Hubo un intento por parte de sectores progresistas de aumentar impuestos a los grupos que más concentran riqueza. Pero como siempre, la élite económica aliada con sectores conservadores rechazaron la medida.

De esa forma, a Paraguay no le queda otra que seguir aumentando su deuda externa para financiar estas políticas.

– Con respecto a la esfera política, en 2018 tuvieron elecciones presidenciales donde salió victorioso Mario Abdo Benítez. Sin embargo, la pandemia irrumpe a mitad de un mandato un poco turbulento, con una petición de juicio político por parte de la oposición, con casi un 70% de descontento social con la gestión en 2019 y una creciente pérdida de liderazgo. ¿Cómo afecta al manejo de la crisis sanitaria un presidente cuya autoridad política está siendo cuestionada?

– El presidente Abdo Benítez asumió luego de unas elecciones bastante cuestionadas, con cierto tufo a fraude que el Tribunal Superior de Justicia Electoral no logró aclarar del todo. Con el paso del tiempo, su gobierno no logró generar demasiada simpatía ciudadana. Y todavía peor, a mediados del año pasado estuvo a horas de ser destituido por juicio político luego de hacerse público un acuerdo muy dañino al Paraguay que su gobierno había suscrito con Brasil en torno a la hidroeléctrica Itaipú.

El Covid-19 lamentablemente podría incrementar las tendencias ya existentes, como diría la politóloga argentina, Julia Pomares. De esa forma, se esperaría que la histórica desigualdad paraguaya, antes que disminuir se incremente. Como también que disminuyan los ingresos laborales, especialmente del sector informal. Este escenario hará aumentar naturalmente el descontento social e impactará en la (des)aprobación del gobierno colorado actual.

– Con respecto al lugar de la oposición en el escenario político actual, ¿cómo ves el rol de los Liberales y la dinámica con el gobierno?

– La oposición paraguaya no actúa como bloque homogéneo y cohesionado a fin de –como diría, por ejemplo, Robert Dahl- contrabalancear al gobierno y supervisar constantemente su gestión pública.

Dentro del Partido Liberal hay una facción muy grande que desde el gobierno de Horacio Cartes (2013-2018) se mostró bastante colaborativa con el oficialismo. Eso le restó fuerza al Partido Liberal que si bien es el Partido opositor que más escaños posee en el Congreso, al no actuar disciplinadamente su fuerza opositora se diluye.

En cambio, hay otra facción liberal liderada por Efraín Alegre (quien perdió las presidenciales del 2013 y 2018) que critica severamente la gestión de Abdo Benítez, especialmente su política energética de Itaipú y la falta de una política tributaria más equitativa

– A principio del mandato de Abdo Benítez, Brasil se perfilaba como el principal aliado en América Latina. Sin embargo, a raíz del Covid-19 se le declaró como la principal amenaza y cerraron la frontera que tienen en común. ¿Cómo afecta al gobierno paraguayo este distanciamiento con Brasil?

– El cierre de fronteras de Paraguay afectó no solo al comercio con Brasil (Ciudad del Este, Salto del Guairá, Pedro Juan Caballero, etc.) sino también con Argentina. Principalmente Misiones, Formosa y Chaco son provincias que tienen mucha relación comercial fluida y diaria con Asunción y Encarnación. Esta pandemia también afectó al vínculo comercial entre países

– Por último, ¿cree que se viene un período liberal post-pandemia?

– A tres años de las siguientes elecciones presidenciales resulta aún bastante difícil predecir una alternancia. Si bien existe un descontento social importante que tenderá a agravarse con esta pandemia y un “sistema” que parece agotado, el Partido Colorado (que gobierna Paraguay desde 1947 salvo 2008-13) sabe reinventarse ante cada elección. Es una organización política que roza el 45% de votos y que sabe jugar a ser izquierda y derecha, poder y oposición, problema y solución, todo al mismo tiempo. Eso le convierte en una fuerza centrípeta que acapara gran parte del debate político nacional y le vuelve electoramente muy potente.

La oposición no solo tiene el desafío de volverse más cohesionada y disciplinada sino también debe plantear un programa alternativo y un amplio espacio opositor que articule múltiples demandas e incluya a distintos interlocutores de la sociedad. En otras palabras, una hoja de ruta predecible de cara al 2023 que asegure una alternancia tan necesaria como imprevisible.