Por Gisela Gentile

Un grupo de instrumentadores de la provincia de Santa Fe presentó un proyecto de ley en la Cámara de Diputados, con el fin de lograr el tan necesario Colegio de Instrumentadores Quirúrgicos de la provincia. Una profesión que nació hace décadas y que al día de hoy no cuenta con un marco legal y regulatorio.

La implementación de dicho proyecto les permitiría ser reconocidos por el estado, estar amparados por la ley, tener personalidad jurídica, seguridad y defensa en el ejercicio de la profesión, seguros de responsabilidad civil, jerarquización de la profesión, capacitación y formación, entre otros importantes puntos.

Con el fin de reflexionar acerca de las posibles explicaciones ante la pregunta de por qué esta profesión está actualmente tan desvalorizada y no reconocida como profesionales de la salud, Conclusión dialogó con Silvia Cejas y Jesica Guerin, licenciadas en Instrumentación Quirúrgica. Ambas conforman un equipo que incluye a más colegas suyos, que junto a un diputado provincial presentaron el proyecto en la Cámara baja santafesina.

Con más de una década de profesión, estas trabajadoras de la salud (se desempeñan  en el Hospital de Emergencia Dr. Clemente Álvarez) realizaron un análisis profundo de la actual situación. “Somos un grupo de instrumentadores quirúrgicos que presentamos un proyecto de ley para lograr el Colegio de Instrumentadores de la provincia de Santa Fe. Contamos con el apoyo del diputado Ariel Bermúdez, quien se comprometió mucho con la causa y presentó el proyecto el pasado 2 de noviembre”.

Actualmente ese expediente se encuentra en la Comisión de Salud, y si bien las sesiones ordinarias en la Cámara de Diputados santafesina han finalizado, se espera para que el próximo año pase por la Comisión de Asuntos Constitucionales para luego ser tratada en el recinto. “La idea es hacer mucho más ruido el próximo año, pensamos en caravanas y diferentes movilizaciones. Vamos a ir paso a paso, con la idea primordial de hacernos visibles, ya que tenemos una profesión poco reconocida socialmente, pero que tiene muchos años de trayectoria”, enfatizaron.

Nuestra función es primordialmente técnica, siendo fundamentalmente los responsables del instrumental médico y quirúrgico.

Una profesión que nacía después de la Segunda Guerra Mundial, y que si bien hace años que se practica, poco se sabe de ella. “Fundamentalmente somos asistentes del cirujano, somos lo inmediato, los que vamos pasando el instrumental; adelantándonos a cada tiempo de la intervención. La idea es lograr que durante la misma todo sea armonioso, que el instrumental esté estéril y en óptimas condiciones para el paciente con el fin de que no existan complicaciones intraoperatorias. Nuestro rol es muy importante en el quirófano como así también en otras áreas como esterilización, hemodinamia, gastroenterología, entre otras. Nuestra función es primordialmente técnica, siendo fundamentalmente los responsables del instrumental médico y quirúrgico”.

Una función más que importante que carece de un marco legal, y que necesita un ente de regulación directa. “No tenemos un lugar específico socialmente hablando, nuestra matrícula la emite el Colegio de Médicos por una única vez, y luego no debemos pagar mensualmente en ningún lugar. Cada uno  participa en distintos ámbitos ya sean privados o públicos, siendo algunos monotributistas y todo dependerá del lugar donde se desempeña cada uno. Cualquier necesidad que uno tenga tiene que acudir al sindicato donde cada uno trabaja, más allá que no hemos recibido muchas respuestas desde esos ámbitos, las veces que la hemos necesitado”.

No somos reconocidos profesionalmente en nuestros trabajos, perdiendo muchos espacios que lo ocupan otras profesiones, por ello la idea es poder revalorizar nuestra profesión y ganar nuevamente dichos espacios.

Un grupo de profesionales que se afianza en su pedido de regulación y derechos postergados. “Necesitamos darle un cuerpo a la instrumentación quirúrgica, un marco legal, la posibilidad de concursar, de tener jefaturas y ámbitos, ya que al no contar con un Colegio, no somos reconocidos profesionalmente en nuestros trabajos, perdiendo muchos espacios que lo ocupan otras profesiones, por ello la idea es poder revalorizar nuestra profesión y ganar nuevamente dichos espacios”.

El 2020 ha sido el año de presentar el proyecto para la concreción del Colegio y el siguiente presentarán también la Ley de incumbencia de los instrumentadores quirúrgicos. “Pretendemos incorporar un artículo en la ley de profesionales de la salud, ya que al día de hoy no nos reconocen como tales. Justamente una problemática que tienen los compañeros monotributistas es que están anotados de manera irregular y por fuera del ámbito de la salud”.

Resulta fundamental que sus voces se hagan oír y que la sociedad comprenda la importante labor que realizan, no sólo dentro de los quirófanos, sino también en otras áreas. “Para nosotros es muy importante que la gente conozca nuestra situación y de a poco ir ganando espacios para que nuestras voces sean escuchadas. Es un camino que recién comienza, pero es muy bueno que hayamos presentado la ley. Hoy en día utilizamos las redes sociales que son de gran ayuda para dar a conocer a la comunidad nuestra lucha”.

La pandemia significó un gran impacto para esta área de la salud que ha tenido que modificar las formas de trabajo que hasta el momento llevaban a cabo. “Durante la misma se han visibilizado otros conflictos que tienen que ver con la salud en torno a la falta de insumos, o referidos a elementos de protección individual, que se fueron incorporando con el correr de los días. Nosotros teníamos una forma de trabajar que ha tenido que ser readaptada a nuevos protocolos en lo que respecta a nuestra labor en el quirófano. Por ejemplo, en muchos casos ingresaron pacientes quirúrgicos con Covid positivo por lo cual al principio pasamos por mucho nerviosismo y estrés. Fuimos incorporando las nuevas formas de protección para entrar a cirugía, como la utilización de doble barbijo, máscara, batas y lidiar con la falta de aire, el calor y estar parados mucho tiempo. Nos ayudamos mucho entre nosotros con el fin de no cometer errores, no solo para no contagiarnos, sino también para que el instrumental esté en óptimas condiciones para ser utilizado”.

Cambió la mentalidad de muchos, y como instrumentadores nos vimos fuertemente afectados, no fue fácil, y si bien estamos acostumbrados a lidiar con la vida y la muerte, ahora también le agregamos el lidiar con la enfermedad.

Para concluir, dejaron una reflexión en torno al difícil año que han atravesado los trabajadores de la salud. “Cambió la mentalidad de muchos, y como instrumentadores nos vimos fuertemente afectados, no fue fácil, y si bien estamos acostumbrados a lidiar con la vida y la muerte, ahora también le agregamos el lidiar con la enfermedad. Siempre pensando en no contagiarnos y no llevar el virus a nuestras casas y afectar a nuestros seres queridos. No es solo el cansancio físico por la cantidad de horas, sino también el psicológico, ya que ves como se van contagiando tus compañeros. Fue y es un combo muy importante, y especialmente los instrumentadores hemos tenido que convivir con todo esto, el estrés propio de la cirugía, cambiar la metodología de trabajo y pensar en no enfermarnos. Este año ha sido muy especial, y es momento de que nuestra profesión tome voz y cuerpo. Sin dudas esto nos sirvió para que la gente reconozca nuestra labor y comprenda la responsabilidad que acarrea nuestra profesión”.