Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, protagonizaron esta noche un histórico encuentro con saludo de manos incluido antes del inicio de la VII Cumbre de las Américas, que sesionará hasta mañana en Panamá y cuenta por primera vez con la presencia de Cuba.

La televisión panameña mostró reiteradamente la escena -sin sonido de ambiente- del encuentro de ambos mandatarios, que mañana mantendrán una reunión bilateral en el marco de la reciente decisión de ambos gobiernos de buscar estrechar sus relaciones diplomáticas, rotas hace más de 50 años.

Ambos líderes ya estrecharon sus manos en 2013 en Sudáfrica, donde asistieron a los funerales de Nelson Mandela, pero este encuentro adquiere mayor relevancia a partir de las recientes conversaciones bajo la figura del «deshielo».

El saludo ocurrió cuanto los jefes de Estado americanos se disponían a ingresar al Salon de Convenciones Atlapa para asistir a la ceremonia de inauguración de la cumbre, que contó con un discurso del presidente anfitrión, Juan Carlos Varela.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, inauguró anoche la VII Cumbre de las Américas, que delibera en la capital del país y está considerada como una edición histórica, con una convocatoria a sus pares del continente a «luchar unidos contra la desigualdad, la falta de oportunidades y la delincuencia».

«El gran reto que tendremos en estos días es, dejando las diferencias coyunturales a un lado, buscar los puntos de convergencia que nos permitan luchar unidos contra la desigualdad, la falta de oportunidades y la delincuencia», dijo Varela en su discurso en el centro de convenciones Atlapa, sede de la cita.

Felicitó «el coraje y la voluntad de los jefes de Estado y de los gobiernos que han dejado a un lado sus diferencias históricas en búsqueda de acercamientos que traerán mejores días para sus pueblos y nuestro continente», en obvia referencia a Cuba y Estados Unidos, embarcados en un intento de acercamiento diplomático tras 50 años de tensiones.

Con el reinició de la Cumbre, hoy, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propuso durante su mensaje la creación de un sistema interamericano de educación que podría equiparar las condiciones de enseñanza en todos los países de la región como forma de “dar igualdad de oportunidades» a los niños de todo el continente.

Además, celebró las negociaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba y mostró los avances de las conversaciones de paz que su gobierno mantiene desde hace tres años con las Fuerzas Amadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En este sentido, admitió que los puntos que faltan acordar -el abandono de las armas y la incorporación de los guerrilleros a la vida civil- “son muy difíciles, pero también es cierto que nunca estuvimos tan cerca de lograr una solución para este enfrentamiento anacrónico que nos ha desangrado los últimos 50 años”.

También recordó una propuesta de Colombia a este foro para la puesta en funcionamiento del sistema interamericano de educación, que podría equiparar las condiciones de enseñanza. En ese sentido citó que “en América latina y el Caribe hay 106 millones de jóvenes y 3 de cada 10 niños no asisten a la educación preescolar».

A su turno, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, rechazó durante su mensaje ante la VII Cumbre de las Américas, que delibera en Ciudad de Panamá, los «intervencionismos» en la región que alienta el gobierno de EEUU, y calificó como “mortal” a la acción de los medios de prensa concentrados de América latina.

Dijo al respecto que en Latinoamérica los monopolios de medios se involucran en política de manera “descarada”, y añadió: “una buena prensa es vital para una verdadera democracia; una mala es mortal, y la prensa latinoamericana es mala, muy mala”.

A continuación, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se pronunció en favor de “dejar de lado los antagonismos” que puedan afectar a la región, y destacó los cambios que naturalmente genera esa actitud, de lo que puso como ejemplo la nueva instancia de diálogo abierta entre Cuba y Estados Unidos.

Para Rousseff, la aproximación entre EEUU y Cuba «abre una nueva era en las Américas», en la que todos los países del continente deberán comprender que «ninguno le puede imponer nada a otro».

Seguidamente, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien prometió que su país «no será prisionero del pasado» con Cuba ni con la región, remarcó que no se siente “atrapado por la ideología” y remarcó que Washington no pretende “inmiscuirse” en las políticas de ningún país, sino que señala lo que considera “correcto”.

“Estados Unidos mira hacia el futuro», subrayó Obama al hablar ante sus pares de la VII Cumbre de las Américas, a la que consideró un “momento histórico» por la flamante presencia de Cuba y porque el diálogo bilateral recién iniciado marca un «punto de inflexión» para toda la región.

Obama afirmó que «la Guerra Fría ya terminó» y explicó que no le interesan “disputas que francamente empezaron antes” de su nacimiento, por lo que buscará «resolver los problemas» trabajando y cooperando con toda la región.

El «giro» de la política estadounidense hacia Cuba «profundiza nuestro compromiso» con toda la región, según Obama, quien declaró que desde que llegó a la Casa Blanca en 2009 su propuesta fue la de mantener una relación de «socios» y de igualdad con el continente.

Acto seguido, Raúl Castro, aprovechó su discurso en la primera presentación del país en las cumbres de las Américas para apuntalar las conversaciones que mantiene con EEUU en busca de reanudar relaciones diplomáticas, aunque criticó al gobierno de Washington por el decreto de sanciones a Venezuela.

El veterano comandante caribeño hizo alusión a la ausencia de Cuba en las seis ediciones anteriores de la cita continental con tono jocoso –e irónico- desde el inicio de su mensaje: “era hora de que pudiera hablar aquí. Me dijeron que hablara 8 minutos, pero como me deben seis cumbres, me tomaré 48: 6 x 8”.

Castro agradeció a su par estadounidense, Barack Obama, por su anuncio en el mismo foro acerca de que pedirá al Congreso de EEUU que trabaje en la finalización del bloqueo comercial a la isla, y le pidió disculpas por los fuertes cuestionamientos que hizo sobre la intervención estadounidense en la isla.

«Pido disculpas al presidente Obama y a otros por expresarme así. Yo mismo le dije que la pasión se me sale por los poros cuando de la Revolución se trata. Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad en nada de esto, como los diez anteriores. Todos tienen deudas con nosotros, menos el presidente Obama», agregó.