Tras el paro motorizado por los gremios opositores, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo esta mañana que «es irresponsable» hablar de una nueva medida de fuerza, tal cual analizarían los directivos del sector.

Además, Fernández advirtió que el impuesto a las Ganancias, aplicado a quienes están comprendidos en la cuarta categoría de ese gravamen, «no es distorsivo», sino que es «progresivo».

De inmediato, aclaró que «cuanto más alto es el sueldo más se puede ayudar al resto en forma solidaria», al tiempo que sostuvo que «es irresponsable pensar en otro paro», en alusión a la amenaza de una medida de 36 horas a mediados de este mes, lanzada por el líder la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo.

No obstante, el funcionario nacional aclaró, en declaraciones que formuló esta mañana a la prensa al ingresar en Casa de Gobierno, que «por suerte escuché a Facundo Moyano descalificando esa posibilidad, lo que me satisfizo, porque significa que alguien piensa».

Respecto al tributo por el que se generó el reclamo sindical, el funcionario sostuvo que «impuestos distorsivos son el IVA» aunque aclaró que son «una realidad en el mundo» y reiteró que no debería llamarse impuesto a las Ganancias sino a los altos haberes.

Fernández aseveró, como lo expresó la presidenta Cristina Kirchner, que el paro de este martes fue «de transportes», y mencionó a los gremios de UTA y ferroviarios como los que impidieron a la gente ir a trabajar, que impidieron que «el 95% o más hubiese ido a trabajar».

Respecto al impuesto de Ganancias, dijo que «está pensado para que, precisamente, el que percibe el salario más alto ponga una parte para que el resto de los que menos perciben, reciban algún tipo de beneficio adicional, criteriosamente, como se hace en cualquier lugar del mundo».

Además, explicó que se tomó el trabajo «de mostrar lo que se paga en algunos otros países», y agregó «si analizamos en términos de dinero como en la Argentina que estamos hablando de $15.000, en Chile se paga a partir de los $7.800, según el cálculo que yo hice; en Uruguay a partir de los $7.000 y en Brasil a partir de los $5.000».

Al respecto, indicó que «nadie razona ni piensa ni sabe ni estudia lo que está sucediendo en otros lugares del mundo respecto de un impuesto de estas características».

Al defender la aplicación de ganancias dijo que «tiene razón de ser, fundamentalmente desde el punto de vista ideológico, cuando se entiende que se tiene que trabajar para la justa distribución del ingreso».

Ante una consulta sostuvo que le encantaría que se puedan subir salarios, que «todos tuvieran que pagar impuesto porque tienen sueldos más altos que 15.000 pesos».