La Argentina deberá afrontar en las próximas 48 horas obligaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$2.700 millones, en medio de una negociación que aún no da señales de acuerdo.

De allí que el ministro de Economía, Sergio Massa, deba definir qué hacer con los US$926 millones que vencen este miércoles y los US$1.787 millones a pagar el jueves.

Estas obligaciones estaban calzadas con un desembolso de US$4.200 millones que el FMI debía enviar tras la quinta revisión del acuerdo, cuyas pautas fueron incumplidas.

De acuerdo a la opinión de exfuncionarios del FMI, la opción más probable es que Argentina utilice el «plazo de gracia» que tiene todo vencimiento para seguir con las negociaciones.

Si las posiciones se acercasen hasta un punto de inminente acuerdo, la segunda opción es la de una postergación acordada entre ambas partes, tal como sucedió en marzo.

La rediscusión de metas lleva más de tres meses, ya que, desde la finalización del primer trimestre, las autoridades del FMI saben que Argentina no estaba en condiciones de seguir con el acuerdo tal como estaba establecido.

Si bien el diálogo se mantiene, se suceden las postergaciones en los viajes tanto de la misión técnica a cargo de funcionarios del Ministerio de Economía, como del titular de la cartera, Sergio Massa.

En principio, la delegación nacional iba a viajar en la primera semana de junio para que el 12 Massa llegue a Washington para rubricar el nuevo pacto.

Pero las profundas disidencias fueron corriendo las fechas y así se llega a este punto donde Argentina debe hacer frente a un pago relevante sin dólares en las arcas del Banco Central.

De allí, que resulta relevante el tratamiento que se le den a estos vencimientos porque, aunque hubiese acuerdo este mismo martes, se necesitan una serie de pasos formales para que el organismo retome el giro de fondos.

Primero, el staff técnico debe diseñar un memorándum recomendando al Directorio del FMI la aprobación de las nuevas metas.

Si bien esa firma resultaría un acuerdo de hecho, la reunión del Board puede demorarse entre tres y cuatro semanas, lo cual complica aún más el panorama financiero del país.

Según trascendidos, el FMI no está dispuesto a acceder al pedido de Argentina de adelantamiento de desembolsos si a cambio no hay medidas de fondo, como por ejemplo la adecuación del tipo de cambio.