Por Esteban Guida*

Hace unos días, el INDEC divulgó los resultados de la industria manufacturera y el uso de su capacidad instalada. Estos últimos números revelaron que el sector de la economía que más mano de obra emplea solo utilizó un poco más de la mitad de su capacidad productiva, dejando en manifiesto las preocupaciones que se originan en materia de trabajo y de producción. Además, estos malos registros se relacionan directamente con la baja en la actividad económica del país y con los escasos niveles de inversión productiva registrados en el último tiempo.

A diciembre pasado, el uso de la capacidad instalada en el sector industrial se ubicó en el 56,6%, alrededor de 7,4 puntos menos que lo registrado en igual mes de 2017. Incluso, es el peor resultado de la gestión de Cambiemos y el peor desde mediados de 2002. Este retroceso productivo reveló que, en promedio, las empresas manufactureras registraron un 44% de capacidad ociosa. Un dato preocupante porque a medida que las empresas utilicen una menor porción de sus recursos físicos, también lo harán con su capital humano. Y, sin dudas, el crecimiento del desempleo alimenta negativamente a la existente recesión económica.

Dentro de los doce bloques que componen a la industria, seis registraron resultados inferiores a la media general. La industria automotriz fue el peor sector, sólo utilizó el 25,6% de su capacidad instalada. De menor a mayor, lo siguieron el bloque textil con 32,3%, metalmetálica con 42,8%, productos de caucho y plástico con 47,2%, edición e impresión con 48,9% y productos del tabaco con 56%.

Las industrias encargadas de la refinación de petróleo registraron la utilización del 77,4% de su capacidad instalada. Por detrás se ubicaron las metálicas básicas con 69,4%, el sector de papel y cartón con 22,8%, las industrias químicas con 66,4%, las de minerales no metálicos con 61,5% y las alimenticias con 58,9%.

Los resultados no sorprenden al observar todos los indicadores que hacen referencia a la industria en su conjunto. El índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) registró, a diciembre de 2018, una caída interanual de 14,7% y una contracción acumulada anual de 5%. Adicionalmente, el Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA) confirmó, a noviembre, el cierre de alrededor de 7.000 empresas a lo largo del país y la destrucción de 61.800 puestos de trabajo en términos interanuales.

La industria manufacturera es uno de los sectores privados que más mano de obra emplea y que más valor agregado genera. Por tal motivo, que todos los indicadores industriales sean negativos resulta preocupante, que la industria tenga cerca del 45% de su capacidad sin uso no es bueno.

Si bien el contexto financiero actual resulta contraproducente para la actividad económica, esta situación no es la única “piedra en el zapato” para la industria y la economía argentina en su conjunto. Los problemas estructurales que contribuyeron para desembocar en esta mala situación económica continúan vigentes. Por lo tanto, por más que el BCRA esté descendiendo progresivamente las tasas de interés, las autoridades máximas del país deberían crear la estructura necesaria para que uno de los principales sectores del país, en materia laboral y económica, logré las condiciones necesarias para crecer.
El gobierno de Cambiemos incumplió decididamente sus promesas relativas al trabajo, la producción, el empleo y la industria, entre otras tantas (por no decir todas). Hoy por hoy sólo le importan los dólares para pagar la deuda y seguir con el respirador artificial para una economía que no se puede sostener por sí sóla; no porque la Argentina no tenga riqueza ni gente capaz de producirla, sino porque la elite gobernante la viene sometiende a un alevoso saqueo del que pocos países podrían salir airosos.
A quienes les toque asumir a finales de año, deberán establecer un plan económico que incentive la producción y ponga en uso todos los recursos los recursos de la Nación, fundamentalmente el humano; porque si Macri no genera trabajo, ¿para qué lo queremos como presidente?

*fundacion@pueblosdelsur.org