MARTES, 26 DE NOV

Tras la derogación de la Ley de Alquileres denuncian abusos de los propietarios y gran incertidumbre en los contratos

A 10 días de puesto en práctica del nuevo sistema, gran cantidad de inquilinos se han acercado a la Oficina del Consumidor de la Municipalidad de Rosario. Los principales reclamos tienen que ver con abusos en los montos, falta de claridad en los tiempos de vigencia del contrato, pedidos de moneda extranjera en los pagos, entre otros. Además, hay una notoria retracción en la demanda.

El 29 de diciembre de 2023 entró en vigencia el megadecreto de Javier Milei cuyo principal objetivo es la desregulación de la economía. Entre los innumerables puntos que contiene el decreto, se encuentra la derogación de la Ley de Alquileres, que tantos debates generó y que fue defenestrada por propietarios y defendida por inquilinos. A 10 días de puesto en práctica del nuevo sistema, gran cantidad de inquilinos se han acercado a la Oficina del Consumidor de la Municipalidad de Rosario y sus principales reclamos tienen que ver con la incertidumbre que se genera a la hora de renovar o firmar nuevo contrato, la falta de especificación sobre la moneda (lo que habilita a los propietarios a pedir el pago en billetes extranjeros), abusos con los precios y el tiempo de vigencia de los contratos.  Además, alertan sobre una gran retracción de la demanda.

Ariel D’Orazio, coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor de la Municipalidad de Rosario detalló cuales son las principales inquietudes que manifiestan los rosarinos que se acercan en busca de asesoramiento. «Principalmente, las consultas tienen que ver con lo que sucede a la hora de renovar los contratos o firmar uno nuevo», explicó el funcionario señalando que se dan muchos escenarios diversos.

«Algunos inquilinos e inquilinas se han encontrado con que se les plantean contratos semestrales con actualizaciones trimestrales, en otros casos anuales con actualizaciones cuatrimestral y por índice inflacionario. Algunos ya han tenido que deben firmar contratos en moneda extranjera y pagar en moneda extranjera lo cual, hace muy difícil y genera una incertidumbre creciente en materia locativa», detalló.

Asimismo, D’Orazio remarcó que «son pocos aquellos que han logrado acuerdos que por lo menos le garanticen 2 años en la vivienda que estaban alquilando y con actualizaciones semestrales,  que sería lo más lógico en este escenario y sobre todo, con lo que se había sancionado en octubre con la ley 27.737. «

«Lamentablemente muchos han venido porque no pueden renovar sus contratos o no saben siquiera si hay una voluntad de parte del propietario de hacerlo porque se van prorrogando los plazos, fijando un nuevo valor y pagando mes a mes las contrataciones», se lamentó el funcionario, a la vez que enfatizó que el hecho de no tener un marco regulatorio, «genera este tipo de escenarios que son de total incertidumbre y que obviamente quien sale perjudicado es el inquilino porque si nos tomamos con lo que dice el DNU, prácticamente equipara a una vivienda con lo que sucede con los alquileres de cocheras en la ciudad y estamos hablando de la vivienda de cientos de miles de argentinos y argentinas, de familias completas que hoy viven en la incertidumbre total».

El funcionario también señaló que los inquilinos están denunciando ciertos abusos: «En cada una de las renovaciones, lo que vemos es que los incrementos superan largamente el Índice de Precios al Consumidor, o sea la inflación. Supera obviamente lo que es el índice de contratos de locación y el índice de casa propia y va por encima del IPC, esto es una constante en los contratos de locación».

Asimismo, D’ Orazio apuntó que en los contratos comerciales «también se nota este tipo de situaciones con incrementos cada 3 meses, con valores que en el mejor de los casos es el IPC, la variable de actualización del valor del contrato, en algunos directamente se intenta también fijar en dólares, en un momento de caída de la actividad comercial».»Esto genera que algunos locales deban trasladarse, bajar sus persianas o directamente dejar de funcionar. A la vez,  se empieza a ver un compás de espera, en cada uno de los locales que bajan sus persianas para volver a ocuparse y esto es algo que también preocupa porque denota una caída en la actividad económica»

En referencia a esto, D’Orazio señaló que hay un retraimiento de la demanda, más allá de la oferta.  «Por supuesto, a pesar de que la oferta crezca, lo que ha sufrido un retraimiento en estos momentos es la demanda, porque aquellos inquilinos, estudiantes inquilinos que venían a la ciudad, buscan hacerlo en un nivel o en un factor ocupacional con muchos más habitantes en un departamento de uno o dos dormitorios que lo hubieran hecho en años anteriores y esto obviamente baja la demanda, muchos rechazan la posibilidad de venir a la ciudad o toman la opción de no iniciar una carrera universitaria porque no pueden afrontar un alquiler. Algunos optan por carreras a distancias y también es menos gente que viene a la ciudad y que demanda inmuebles para vivir».

Otro de los fenómenos que se vienen viendo, según D’ Orazio es que se ven jóvenes, incluso parejas jóvenes que terminan yendo a vivir a la casa materna o paterna de algunode ellos para poder abaratar costos y, en todo caso, compartir los gastos que supone tener una vivienda.

«Y lo hacen en viviendas alquiladas, en viviendas propias de la familia y esto se da porque el nivel de incertidumbre, tener que pagar en dólares, el no saber cuánto  va a aumentar el alquiler, el no tener una temporalidad mínima para firmar un contrato, digo, si bien hay una sugerencia en el 1189 de 2 años, en realidad lo que prima es el acuerdo entre partes, entonces si el propietario exige un acuerdo de 6 meses, ¿quién hoy puede tomar la decisión, salvo que lo necesite por alguna cuestión puntual, de mudarse por 6 meses?

El titular del Consejo Asesor de Vivienda hizo hincapié en el punto de la incertidumbre, no sólo económica, sino también incertidumbre temporal en los contratos. «No solamente económica, sino también incertidumbre temporal en los contratos».

En ese sentido, remarcó que eso es lo que genera los recelos que ocasionan la caída de la demanda. «Eso está comprobado, hay menos demanda en relación a lo que sucedía antes de la implementación del DNU, que no solamente tiene injerencia en cuestiones habitacionales, sino que hay otras modificaciones que van atentando y sobre todo con una inflación creciente, con una economía tan volátil en nuestro país, hacen que muchos lo piensen muchas veces antes de salir a firmar un contrato y no se cierran ante cualquier condición».

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