JUEVES, 28 DE NOV

Tasas confiscatorias, consumo deprimido y anuncios tardíos: combo letal para empresas

Es común que una empresa cobre en cheques a plazo, por lo cual se ve obligada a vender esos cheques en el mercado, el cual ofrece tasas que pueden ser algo más bajas pero que en general se mueven cerca de la referencia que aporta el BCRA.

Por Facundo Díaz D’Alessandro

Luego varias subas consecutivas del tipo de cambio del dólar en la semana en que la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó el país (20 días atrás), la conducción del Banco Central (BCRA) dio marcha atrás con las leves bajas en la tasa de interés de referencia (vía tasa de licitación de Leliqs) que había venido introduciendo y volvió a niveles cercanos al 50% para contener la divisa, principal obsesión del Gobierno de Mauricio Macri tras las salvajes corridas cambiaras de 2018.

La política monetaria instaurada en el BCRA desde que el FMI co-gobierna los destinos económicos del país, tras el segundo acuerdo de salvataje financiero acordado con los emisarios de Ejecutivo, ha inoculado una recesión de la cual aún se desconoce la profundidad pero cuyos resultados, magros, ya pueden advertirse.

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Más allá de los guarismos que ubican la capacidad instalada de la industria en niveles de 2002, con la actividad económica en picada, al tiempo que la inflación sigue subiendo (¿no era un fenómeno monetarista?), la existencia de tasas de mercado en niveles tan altos genera efectos devastadores para el cotidiano funcionamiento financiero de innumerable cantidad de empresas y deteriora severamente la cadena de pagos.

Es común que una empresa cobre, por la venta de su producción, en cheques a plazo (generalmente 30, 60 o 90 días), por lo cual, para ganar liquidez en el momento, se ve obligada a vender esos cheques en el mercado, el cual ofrece tasas que pueden ser algo más bajas pero que en general se mueven cerca de la referencia que aporta la autoridad financiera, el BCRA.

Esto hace que el costo de vender cheques sea más alto y por ende el spread (ganancia diferencial) se reduce. Al mismo tiempo, las empresas reclaman a clientes el pago a más corto plazo, con lo cual también se cargan menos intereses. De todas formas, ese cliente muchas veces no quiere (o no puede) porque también tienen problemas graves de venta.

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Es el caso de la firma que fabrica las balanzas más reconocidas de la ciudad, cuyo principal agente financiero dijo a Conclusión que “esta tasa, a nivel financiero, te mata”.

“Para hacerte de plata al día es un calvario, y se profundiza el problema porque por nuestra operatoria también tenemos que tomar créditos para capital de trabajo, hacer inversiones (hoy casi descartado) y a veces para pagar sueldos e impuestos; con este nivel de financiamiento en el mercado es inviable”, agregó el economista, que pidió reservar su identidad y el nombre de la firma para la cual trabaja.

Y cerró: “Desde ya que no es el problema central de la economía real hoy, pero es un combo. Los bancos también se atajan, obviamente nunca van a perder. La cadena de pagos está bastante rota, cheques rechazados nos llegan seguido, clientes que no tienen fondos en su cuenta, se vive el día a día”.

Según explicaron operadores financieros de la «city rosarina» a Conclusión, otra opción que tienen las empresas para hacerse de efectivo a través de esos cheques u operar préstamos, si quieren evitar el descuento demasiado grande que le hacen los bancos (el que mejor tasa llega a ofrecer generalmente es el Banco Nación y ya es alta), esa acudir a la Bolsa de Comercio, donde hay una tasa de mercado menor a la bancaria y a la vez no facturan IVA sobre intereses, cosa que si hacen los bancos.

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Como contrapartida, la operatoria con la entidad bursátil es algo más compleja ya que se requiere de un avalista, es decir alguien que propicie el aval a la operación, que pueden ser ASGR, las cuales cobran comisiones mucho más altas que los bancos. Ese proceso puede llevar alrededor de 1 semana o diez días, mientras que la aprobación de esas operaciones en un banco no excede las 48 horas bajo parámetros normales.

Círculo vicioso

Desde cámaras industriales y empresariales vienen advirtiendo la profundidad de estos conflictos, desde la Unión Industrial Argentina hasta asociaciones de menor escala que nuclean pymes. Días atrás el Gobierno anunció, desde Timbúes, en Santa Fe, la implementación de una línea crediticia por 100 mil millones de pesos «para reactivar a las pymes», con tasas de interés que van entre el 25 y el 29 por ciento.

Desde la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), si bien afirman que esas tasas «siguen siendo altas», es mejor de lo que había. En diálogo con Conclusión, el titular de la Came en Rosario y vicepresidente de la entidad a nivel nacional, Ricardo Diab, aseguró respecto al anuncio que «sería un paliativo» aunque «no hay referencias aún sobre como va a funcionar».

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Diab, que estuvo en el Ministerio de Trabajo y Producción esta semana, cuando el ministro Dante Sica le adelantó a empresarios e industriales la medida, expresó: «Fijate si estaremos preocupados por el tema que hace meses que venimos pidiendo tasas preferenciales  ante la urgente necesidad que tienen de liquidar cheques que tienen en cartera, se hace inviable con estas tasas casi confiscatorias, quedan sin recursos, es por eso que muchos han definido vender por debajo del costo o al costo determinados productos para hacerse de efectivo y afrontar gastos inexorables como pago a proveedores, empleados, cargas impositivas».

«Es un tema de una terrible discusión también por lo de los créditos personales inalcanzables. Ha sido determinante la falta, el excesivo costo del dinero, de cambiar un cheque para el funcionamiento de una empresa, encima que hay baja venta lo poco que se vende lo cobra mal y lo utiliza peor», graficó el empresario.

Respecto al momento en que llega el anuncio, Diab señaló que para muchas empresas, «llegó más tarde de lo previsto».

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«Termina pasando lo que vemos: cierre de locales comerciales y empresas. Estos 100 mil millones es un alivio para determinado sector pero no va a la raíz del problema, que es el consumo», graficó Diab.

Y cerró: «Es un círculo vicioso porque dentro de las perspectivas del gobierno no tiene cabida el aumento del consumo, porque llevaría automáticamente a un aumento de precios: el sector comercial esta retrasado en su rentabilidad, la inflación mayorista fue menor que la minorista, porque el comercio no ha traspasado porque no tiene condiciones, ni bien tenga condiciones se va a traspasar y eso generar inflación.»

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