Es el tercer mes consecutivo en que la actividad fabril cae, aunque aminoró la tasa luego de haberse retraído entre 27% y 30% en diciembre y enero, respectivamente. En la comparación mensual, desestacionalizada, también se registró un descenso de 7,7% y en el acumulado del año el retroceso es de 21,7%.
En promedio, la participación del productor en el precio final de venta subió a 26,5% en ese mes.
Además, según precisó la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el acumulado de los diez meses de 2022 mantuvo un aumento de 2,2 por ciento frente a los mismos meses del año pasado.
La preocupación del mes fueron los precios de productos como harinas, azúcar y verduras, que descolocaron los costos de muchos bienes. En tanto, en el sector de la indumentaria y textil la producción bajó 9,8% interanual.
El ticket de ventas promedió los $5.367, y los comercios relevados marcaron como característica que el cliente se orientó a productos económicos, según un relevamiento realizado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en 338 comercios de todo el país.
Durante el cuarto mes del corriente año, el uso de la capacidad instalada en las pequeñas y medianas empresas fue de 70,4%, 1,2 puntos porcentuales por debajo de marzo.
Se trató de “un mes tranquilo en ventas, pero con sobresaltos para el empresario por los aumentos permanentes en los precios y las dificultades para conseguir mercadería, especialmente en textiles, calzados y materiales para la construcción”, sostuvo CAME en un comunicado.
Un informe de CAME detalló que “los empresarios coinciden que se está viendo un consumidor que mostró menos restricciones al momento de comprar y retoma paulatinamente consumos postergados”.
El ciclo actual del programa vence este lunes, por lo cual la Secretaría Comercio Interior cerró a mitad de la semana pasada las negociaciones con el sector bancario para establecer las condiciones que regirán en la extensión del programa.
La entidad sostuvo que la temporada finalizó con un balance ajustado a la situación sanitaria. "Fue mala, pero los empresarios esperaban algo peor", indicó a través de un informe.
Pasadas dos semanas “reapertura progresiva” en Rosario, si bien “algo es mejor que nada”, la gran mayoría de los comercios y empresas no han logrado superar el 30% de la facturación habitual, y en algunos casos esa cifra baja a un desesperante 10%. El pedido al municipio es modificar la franja horaria, ante la baja aglomeración en los bancos.
Ahora, con la prórroga de la cuarentena, desde la Cámara de la Mediana Empresa sostuvieron que "las pymes necesitan más que antes apoyo y medidas diferenciales, atentos al impacto del entramado social que implica el sostén de las micro, pequeñas y medianas empresas".