La práctica de la compra de dólares es casi constante en una economía con la inestabilidad que caracteriza a la Argentina, pero comprende a una reducida proporción del conjunto de los casi 19 millones de trabajadores con un empleo. Oscila entre 750 mil en los tiempos de relativa calma en el mercado de cambios, como ocurrió en 2017, y picos de poco más de 1,7 millones en julio, y seguramente cercano a 2 millones en agosto, según las estadísticas del Banco Central.

De ahí surge que concurren al mercado de cambios en forma física o virtual en busca de compra de dólares para ahorro o transacciones menores alrededor del 10% de los trabajadores, y se amplía a poco más de 15% si se considera la franja bancarizada correspondiente a ocupados registrados en el Sistema Integrado Previsional Argentino, sean asalariados o cuentapropistas.

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De ese universo, el nuevo control de ventas de cambios afecta a unas 500 mil personas, que es el universo que habitualmente hace compras superiores a USD 10.000 por mes, que es la restricción que impuso la Comunicación A 6770, pero no plenamente, porque podrán seguir adquiriendo divisas hasta ese tope. Representa entre el 3% del total de los trabajadores y algo más del 4% de los ocupados registrados en el Sistema Integrado Previsional Argentino.

El Informe Cambiario de la autoridad monetaria correspondiente a julio, y que se actualizará con los datos a agosto en los próximos días, dio cuenta de que la demanda neta de moneda extranjera de «Personas humanas» totalizó USD 2.177 millones, con una reducción de 20% interanual. «El aumento de 46% respecto al mes previo podría explicarse por las compras estacionales de billetes asociadas al cobro del sueldo anual complementario», observaban los técnicos del Central.

Según ese relevamiento, «las operaciones de billetes de individuos continuaron mayormente concentradas en los estratos inferiores de monto por operador: hasta USD 10.000 representaron el 69% del total de operaciones, con un promedio general por operación de USD 1.486 en el mes.

Hasta julio la mayor parte de las compras de divisas se mantenía depositadas en cajas de ahorro a la vista, en el sistema bancario, pero en agosto, sobre todo después de las Paso, ese comportamiento comenzó a revertirse de modo acelerado.

Las ventas de cambio por personas humanas, que naturalmente no fueron alcanzadas por los controles, representaron en julio el 64% del total de ese tipo de transacciones, con un promedio de USD 1.040 por operación.

Los movimientos de los individuos relacionados con servicios totalizaron egresos netos por USD 478 millones, destacándose los egresos por «Viajes y otros pagos con tarjetas», que registraron una salida neta de USD 489 millones, mostrando una caída interanual de 8%, en línea con la encuesta de turismo internacional.