El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) había advertido en abril de 2022 que los precios de los servicios de salud en Argentina habían aumentado 13 veces más que en el resto del mundo.

Esta situación se complejizó aún más cuando el nuevo gobierno, encabezado por Javier Milei, desreguló la actividad, provocando grandes incrementos: 40% en diciembre; 30% en enero; 20% en febrero, 19% en marzo y entre 16 y 19% en abril.

Esta acelerada suba de precios no impactó en las remuneraciones recibidas por quienes prestan servicios en la salud privada. Paradójicamente, el salario médico promedio en nuestro país ascendía US$350/400 mensuales, versus entre 3.500 y 4.500 de un uruguayo y 3.000 de un brasileño. Es decir, salarios 10 veces menores.

Un médico en Argentina gana el equivalente a US$5.280 al año, contra los aproximadamente más de US$350 mil que cobra un colega en Suiza y Estados Unidos; 200 mil en Canadá; 115.000 en China; 57.000 en España; 47.000 en Brasil; 23.864 en Filipinas; 11.581 en India, y 7.084 en Bangladesh.

El debate sobre los valores de las prepagas, sin embargo, se centra sobre los costos crecientes de la salud, por un lado, y la incidencia que tienen en el bolsillo de los consumidores, en su mayoría miembros de clase media, como lo son los profesionales de la salud.

La medicina privada atiende aproximadamente un total de seis millones de personas: dos millones son voluntarios y cuatro millones son trabajadores que pertenecen a una obra social administrada por una empresa de medicina prepaga.

Los incrementos que se dispararon en las cuotas hicieron que unos 200 mil afiliados se pasaran a la medicina pública, cuya capacidad para absorber pacientes se encuentra en un límite, al atender a poco más de un tercio.

El costo de la salud no lo representan únicamente los sueldos médicos, ni mucho menos. La estructura del gasto en salud, hace tres años, ubicaba a los medicamentos en el 19% de la torta. El resto se distribuía entre profesionales, sanatorios, tratamientos especiales, etc.

Actualmente, los medicamentos saltaron al 40% de ese presupuesto. De modo que no sólo se está produciendo un traslado al sector público de personas que no pueden afrontar el nivel al que se llevaron las cuotas de la medicina privada, sino que la Confederación Farmacéutica Argentina informó que en enero y febrero las farmacias vendieron diez millones de unidades de medicamentos menos.

La medicina privada más costosa del mundo

La consultora Javier Miglino y Asociados entrevistó personas de todo el país «con obra social prepaga para comparar los costos con otros países».

Los entrevistados cuentan con Osde, Sancor Salud, Omint, Swiss Medical, Galeno, Medicus, Hospital Italiano, Simeco, entre otros; en valores de $290 a 650 mil por grupo familiar (matrimonio y dos chicos), dando un costo promedio de $470 mil.

Con el dólar oficial en $ 846, equivale a US$555, con lo que Argentina tiene el costo promedio por obra social privada más alto del mundo, indicaron desde la consultora.

Y cruzaron el dato: el costo promedio por las mismas prestaciones (cuatro personas), en EEUU es de US$500, en España 440, Italia 460, Francia 480 y Japón 520.

«Una vez más debemos lamentar este récord, en este caso en la tarea médica, desempeñada en un 100 por ciento por profesionales argentinos, en establecimientos locales y con insumos en un 99 % nacionales. Una muestra más de que los argentinos debemos sufrir costos desproporcionados, no solamente en relación con los salarios que distan muchísimo de los que se cobran en el Primer Mundo, sino también en relación costo-servicio, toda vez que, en dólares, los servicios de medicina privada son más caros en nuestro país que en el resto del mundo», indicó la consultora.