Con información de Claudio Zlotnik- Iprofesional

Debido a la gran aceleración inflacionaria, fabricantes y comerciantes sintieron una fuerte caída en el consumo. Es que la abrupta suba de precios significó un golpe imposible de asimilar para la mayoría de los bolsillos de los argentinos.

Según un relevamiento de Scentia, en la primera semana del año hubo un retroceso del 19% en el volumen de ventas en las grandes cadenas de supermercados, respecto de la primera semana de enero del año pasado. Lo mismo ocurre en pequeños autoservicios y almacenes de barrio, aunque no hay datos precisos sobre esto.

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Después del 25,5% de inflación de diciembre -y del casi 30% en los alimentos y bebidas-, las ventas sufrieron un fuerte desplome. Y en diciembre, la caída fue del 17,4% en relación al mismo mes de 2022.

«La Serenísima avisó que pasará un incremento en sus listas del 15% la próxima semana. La segunda en los últimos 20 días. Así es imposible», señaló un comerciante del conurbano bonaerense al medio Iprofesional.