El ministro de Economía, Sergio Massa, partirá este domingo hacia China, para participar –entre el 30 y el 31 de mayo– de la reunión anual convocada por el banco de los BRICS, con el objetivo de obtener respaldos para fortalecer las golpeadas divisas de la Argentina.

En su visita a Shangai, el funcionario nacional –que estará acompañado por Máximo Kirchner– también espera obtener una señal del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS para garantizar las importaciones que la Argentina realiza desde Brasil, con el fin de que las reservas del Banco Central no se vean afectadas.

En el marco de esa cumbre, otra de las metas es lograr una mayor disponibilidad de yuanes para el pago de importaciones mediante el swap con el país asiático.

El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, se bajó a último momento del viaje a China, pero participaría en forma virtual.

El tigrense fue invitado a la reunión anual convocada por el banco de los BRICS para discutir la modificación del estatuto de la institución financiera que permita respaldar el financiamiento a las exportaciones de Brasil a Argentina. El presidente del vecino país, Lula Da Silva, inició esas gestiones en abril tras la visita de Alberto Fernández al país vecino.

Según datos oficiales, el Gobierno autorizó importaciones en yuanes al país asiático por US$ 1.700 millones en el año, casi un tercio de los US$ 5.000 millones autorizados por China. La idea ahora es elevar el monto a US$ 9.000 millones.

China alienta los swaps con su moneda para que el yuan se convierta en una divisa internacional, incluso dentro del FMI, en su permanente disputa con Estados Unidos por el comercio global.

En tanto, las empresas argentinas buscan adelantar importaciones ante la expectativa de una devaluación y una brecha cambiaria superior al 110%, mientras que para el Gobierno es clave achicar el uso de dólares en el comercio internacional.

El viaje tendrá lugar en medio de la falta de señales del Fondo Monetario Internacional (FMI) para liberar el desembolso previsto en junio de US$ 4.000 millones y un adelanto de otros US$ 6.000 millones correspondientes al 2023.

Durante el trimestre junio-agosto se deberán afrontar pagos netos por unos US$ 2.000 millones con el organismo y, además, unos US$ 1.000 millones adicionales con bonistas privados.

En el equipo argentino destacaron también que en la segunda etapa del viaje se abordará el plan de acción de la ruta de la seda que implica inversiones, algunas en trenes, y la extensión del parque solar Cauchari en Jujuy. También se incluiría el gasoducto que lleve al sur de Brasil el gas de Vaca Muerta.