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La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) advirtió este jueves que todos los indicadores económicos ligados a la actividad cayeron abruptamente y que el sector no encuentra ninguna razón para esperar el repunte que estima el Gobierno nacional. En ese marco, señaló que la apertura indiscriminada de importaciones podría ser el golpe letal que les deje definitivamente fuera de juego.

«No vemos nada que ilumine nuestro futuro. Estamos pasando un momento donde las ventas están por el piso, pero los costos se siguen elevando en dólares. Ahora para colmo amenazan con la apertura de importaciones, lo que sería un golpe de knockout para muchas pymes industriales», lamentó el presidente nacional de Apyme, Julián Moreno, en declaraciones a Conclusión.

El referente del sector remarcó que las pymes no aparecen en ningún momento en el discurso del Gobierno nacional ni son incluidas en las políticas que se despliegan a diario, por lo que no esperan que aparezca algún impulso que les permita recomponer la actividad arrasada por las medidas recesivas.

«Básicamente estamos analizando cuál es la mejor estrategia para reaccionar. Vemos que en el Gobierno no hay interlocutor, no nos escuchan. Tampoco nos nombran, ni siquiera para maldecirnos. No nos tienen en cuenta y somos empleadores de buena parte de los trabajadores del país», apuntó Moreno

Los datos de Apyme registran alrededor de cuatro millones de empleados ligados al sector, que actualmente están en riesgo ante la falta de reactivación de la economía, a la par que los costos continúan en alza.

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«Ese universo está en riesgo, como presidente debería estar muy preocupado por el hecho de que esa masa de trabajadores quede en la calle. Es lo que se avizora. Lamentablemente, si la actividad sigue en este rumbo, no va a haber otra alternativa. Lo vemos en la construcción, que tiene un convenio que permite despedir rápidamente cuando las obras están paradas», alertó el referente de los pequeños y medianos empresarios.

Según Moreno, ya se perdieron cerca de 100.000 puestos de trabajo de los 400.000 totales que están ligados a la construcción. «El resto de las actividades van a transitar por el mismo rumbo. Hay cierto letargo porque cuesta tomar la decisión de despedir porque implica un desembolso importante, pero de lo contrario no habría nadie que consuma. Baja la inflación, que no es que está en 0%. No hay mercado interno y no tenés industria mientras los costos en dólares son carísimos», planteó.

Y agregó: «Todavía no nos damos cuenta que los indicadores de marzo también van a ser terribles. Abandonamos la esperanza de que el Poder Ejecutivo nos escuche».

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En este escenario, los pequeños y medianos empresarios evalúan la posibilidad de mandar un proyecto de emergencia pyme al Congreso, con la finalidad de obtener una mayor respuesta desde el Poder Legislativo y generar desde allí una reacción. «Desde el oficialismo dicen que en seis meses vamos a estar bien. Bueno, que nos den un puente. Cada vez hay menor actividad. No va a quedar otra alternativa que empezar a despedir trabajadores, lo que va a generar mayor recesión. Vemos un panorama horrible», cuestionó Moreno.