El comportamiento que está registrando la recaudación fiscal permitiría inferir que el rebote de la actividad económica no será en forma de «V», según un análisis Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

En el primer mes de aislamiento completo que fue abril (dado que marzo había tenido sólo doce días) la actividad cayó un 26,4% interanual y se retrajo 17,5% desestacionalizado contra el mes de marzo, según el estimador mensual de actividad económica (EMAE) que el Indec reveló este lunes.

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Los economistas Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, del Iaraf, explicaron que el escenario base de la fuertísima contracción que trajo la cuarentena por el coronavirus «es una recesión que ahora alcanzó los 30 meses de duración«.

El nivel de producto observado en abril fue igual al observado por primera vez en diciembre 2004.

El dato de abril, por ahora, se consolida como el piso de la recesión actual, según el análisis de estos economistas.

Allí, Argañaraz y Panighel estiman que para comenzar una recuperación al salir de la cuarentena es clave solucionar el tema del canje de la deuda y que la recaudación se recupere junto con la actividad económica privada.

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«En este último sentido, difícilmente haya recuperación en V y es esperable que recién en 2022 se logre recomponer el nivel de actividad previo a la pandemia«, dice el análisis.

Además, indica que el impacto se está sintiendo muy fuerte en el frente fiscal y la recaudación no anticipa una recuperación considerable de la actividad para las próximas estimaciones oficiales.

A nivel nacional, la recaudación de la primera quincena de mayo (que refleja en cierta medida la actividad con un mes de retraso) relevada por el Monitor IARAF de la recaudación tributaria argentina mostró una caída real del 33% en comparación al mismo lapso del 2019.

Para junio, la misma caída fue del 24%, en parte explicado por una posible y ligera mejora en mayo, pero sin embargo el panorama no es alentador desde el punto de vista de la recaudación impositiva.

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También se observa, desde finales de marzo, un aumento considerable del gasto público destinado a contener los efectos de la pandemia en los ingresos de la población.

«El resultado final es una ampliación de la brecha fiscal, que está resultando en un aumento del déficit primario y en una mayor emisión del BCRA para financiar al Fisco, que ya alcanza los $1.252.000 millones y equivale a mas de 4% del PIB», dijeron los economistas.