El acuerdo con los fondos buitre y demás holdouts podría ser el comienzo de una nueva oleada de juicios a nuestro país, esta vez, de parte de los bonistas que ingresaron a los canjes 2005 y 2010, por cifras que van de un piso de 70 mil a más de 200 mil millones de dólares, según un estudio privado, precisó un trabajo realizado por el Centro de Estudios Sociales y Económicos Scalabrini Ortiz, Ceso.

«Las posibilidades legales corren por dos carriles. Por un lado, por la aplicación de la cláusula Rufo que daba a quienes ingresaron a los canjes 2005 y 2010 el derecho a acceder a una futura oferta mejor», sostuvo el trabajo.

Explicó que «si bien esta cláusula venció en diciembre de 2014, su aplicación podría ser restablecida si un juez interpreta que Argentina sólo pospuso el pago de una sentencia que estuvo firme cuando la cláusula no había vencido».

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Andrés Asiaín

Se trata, reconocen los analistas de «una interpretación bastante poco probables si se tiene en cuenta que en el medio hubo un cambio de gobierno y que la Rufo no debiera aplicarse al pago de sentencias, ya que no constituyen ofertas voluntarias».

Otra posibilidad es que las demandas se apoyen sobre el entramado legal que dio sustento a las reestructuraciones.

«Tanto las leyes que habilitaron los canjes 2005 y 2010, como la ley de Pago Soberano y los Principios Básicos de los Procesos de Reestructuración de la Deuda Soberana de la ONU, votados por 136 países y que Argentina hizo ley propia, señalan que los términos y condiciones financieros que se ofrezcan en futuras
reestructuraciones de deuda no fueran iguales ni mejores que los ofrecidos a los acreedores que habían ingresado a los canjes anteriores», manifestó el análisis.

La abolición de ese entramado legal (que fue declarado de interés público por la ley de Pago Soberano), solicitada por el ejecutivo al Congreso Nacional, no elimina el hecho de que fue el sustento de las reestructuraciones de 2005 y 2010 y que puede ser la base para potenciales demandas de parte de bonistas
reestructurados, según el CESO.

El acuerdo con los fondos buitre y demás holdouts «podría» constituir la puerta de entrada a los mercados
internacionales de colocaciones de deuda pública.

La conveniencia o no de resolver dicho conflicto judicial, depende centralmente de que el rendimiento en divisas de los proyectos de inversión a financiar con el endeudamiento post canje, permitan cubrir los intereses de su financiamiento y recuperar el costo del acuerdo.

«Al respecto, si se utiliza el endeudamiento para financiar gastos corrientes y/o obras de infraestructura, no se garantiza capacidad de repago, ya que el compromiso financiero es en dólares y muchas obras de infraestructura no generan un mayor saldo externo», se dijo.

El endeudamiento en divisas debe financiar «inversiones que incrementen las exportaciones y/o disminuyan las importaciones, es decir, inversiones que generan un mayor ingreso de dólares en la economía y que, por ende, pueden hacer sustentable la toma de deuda en divisas», indicaron los economistas.

Por su lado, el ex titular del Banco Central, Aldo Pignanelli, aclaró que “no se está cancelando la deuda, se está cambiando de acreedor”