Por Facundo Díaz D’Alessandro

El sector automotriz es uno de los que más viene sufriendo la crisis generalizada que atraviesa la economía y, tanto en la rama de fabricación como en la comercialización, las cifras negativas se acumulan desde hace varios meses.

Todas las ramas que integran la cadena del automotor mostraron caídas en su producción en los últimos relevamientos de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). Por su parte, según cifras de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara), el patentamiento de vehículos 0 Km. cerró el 2018 con una fuerte caída de 11%, con bajas estrepitosas en los últimos meses de ese año.

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En el inicio de 2019, así como sucediera con la inflación o el ansiado “rebote” de la economía, en la comercialización de rodados los números no son los que se esperaban.

Según especificó a Conclusión el empresario Jorge Pesado Castro, en el primer trimestre del año el patentamiento fue un 50% menor si se lo compara con el mismo lapso de 2018.

Entre los causales de esa merma, el titular de una de las principales concesionarias rosarinas (comercializa Citröen y marchas chinas) y además director nacional de Acara, ponderó que “en un año la devaluación fue superior al 100%, en diciembre de 2017 el dólar cotizaba a $18 y el 2018 cerró a 38$”.

Además del impacto recesivo natural del salto abrupto en el tipo de cambio, que deprimió el consumo, el empresario se refirió a la influencia en el precio a consumidor de ese aumento en la divisa, tanto en la línea de vehículos nacionales como importados.

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“Hay dos sectores de comercialización, uno de autos nacionales-Mercosur, cuyo precio está en pesos. Y otro de autos de importación (Mercedes Benz, Hyundai, nuevas marcas chinas”, que están en dolares, y hay impacto directo en precios. Si el dólar se devaluó 100% en 2018, y la inflación en el año, en promedio, fue 50%, los automotores nacionales están en el medio, aumentaron en un año 75% promedio. Hay una brecha de subas entre nacionales e importados de un 25%” detalló Pesado Castro.

Para afrontar ese escenario de baja rentabilidad con alta inflación, varias concesionarias, sobre todo las importadoras, comenzaron a ofrecer descuentos muy importantes, que en algunas unidades alcanzaron los $200.000.

“Algunos concesionarios bajaron 15% en dólares, es una jugada muy fuerte. Se esta forzando la venta con eso, esos descuentos no van a volver a existir, si tenes pensado comprar un auto es el mejor momento. Con los nacionales ocurre algo mas o menos parecido. Se esta trabajando mucho con una “tasa 0” que no es tan 0, siempre hay algún gasto”, puntualizó el dirigente de Acara.

Ante el derrumbe de las ventas de 0Km, el mercado de autos usados siempre cobra vigor. Sin embargo, si bien no es la caída no es tan profunda, en ese segmento, según dijo Pesado Castro a Conclusión, se vende entre un 30 y un 35% menos.

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“Hay demanda selectiva, por ejemplo el publico busca, al no llegar al 0km nacional o importado, algún usado nuevo, de 2017 o 2018. Después también esta el segmento de usados baratos, con 7, 8, 10 años, de $100 a 200 mil, también se mueve”, explicó.

Respecto a los «ajustes de personal», el empresario manifestó que «en general con la caída de ventas, importante desde el segundo semestre de 2018, las concesionarias de casi todo el país hicieron ya ajustaron, con lo cual lo que queda por hacer es mínimo.»

El hilo más corto

La contracara de esta realidad magra es el aumento significativo de la conflictividad laboral en el rubro automotriz.

A partir de la recesión en la que ingresó el país tras la crisis financiera de 2018, los recientes datos muestran una auténtica crisis sectorial: el cierre de la fábrica de carrocerías Metalpar dejó 600 trabajadores sin empleo, se dieron suspensiones de 2.000 trabajadores en Peugeot, los 900 operarios suspendidos por Honda, o el parate de la planta cordobesa de Renault son algunos de los indicadores que reflejan el momento que vive la industria.

En consonancia con ese escenario, el secretario general de Smata en Rosario, Macerlo Barros, sostuvo en diálogo con Conclusión que “el panorama es muy complicado” ya que “la crisis está muy profundizada”.

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“Tenemos alrededor de 2.500 suspendidos, que una semana trabajan y otra no, logramos conseguir que cobren el 70% del salario cuando se para la planta. Después hay concesionarias como Citroën, que echó 8 trabajadores, u otras que vienen a hablar para ver si se puede suspender la actividad llegar a algún acuerdo. Talleres que despiden de a 1 o 2. Esto es un desastre”, se explayó el gremialista.

Y añadió: “No venden un auto. Córdoba está casi todo parado. Hay planes que se han caído, pagaban cuotas de 5.000, ahora pasó a 10.000 o 12.000, hasta 15.000 algunas. Este año si esto no compone un poquito vamos a perder al menos 20.000 afiliados en todo el país.”

Barros, además esbozó una crítica al empresariado del rubro: “El Gobierno aprieta a las automotrices para que hablen bien de ellos. Nosotros le decimos ‘¿como es la mano?’. Los empresarios son todos buenos pero no quieren poner el pecho, lo ponemos siempre nosotros, ahora salen algunas pymes a quejarse porque están fusilados.”