En una reciente conferencia organizada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, resaltó la necesidad urgente de mejorar el sector educativo y avanzar en la digitalización para contrarrestar el persistente bajo crecimiento económico que afecta a la región.

Jaramillo, al exponer en el evento titulado «América Latina y el Caribe: una región de soluciones globales», subrayó el potencial latente en la región, destacando especialmente las oportunidades en el sector energético y otros campos. Sin embargo, señaló que, a pesar de esta riqueza, aún queda «mucho trecho» para que la región alcance su pleno potencial.

El vicepresidente del BM destacó que América Latina sufre la pérdida de 1,7 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) anual debido a problemas climáticos, subrayando la urgencia de abordar este desafío para impulsar el crecimiento económico sostenible.

En cuanto al sistema educativo, el BM lo describió como «una máquina de creación de desigualdad», indicando que contribuye a la pérdida del 10% de los ingresos anuales de las personas con menores recursos. Destacó la importancia de una educación de calidad para mejorar la productividad y el PIB regional.

El bajo crecimiento económico se proyecta como la tendencia predominante en 2024 y 2025, según las estimaciones del BM. A pesar de las perspectivas cautelosas, el BM es más optimista que otras instituciones como el Fondo Monetario Internacional o la Cepal, pronosticando un crecimiento del 2,3% en la región latinoamericana.

Carlos Felipe Jaramillo enfatizó que mejorar la situación educativa y tecnológica permitirá a la región abordar los desafíos fundamentales de la desigualdad y el cambio climático. Destacó que estos avances no solo impulsarán el desarrollo económico, sino que también posicionarán a América Latina y el Caribe como actores clave en la solución de problemas globales.

En conclusión, la llamada del Banco Mundial para mejorar la educación y la digitalización resalta la necesidad de abordar no solo los desafíos internos, sino también de posicionar a la región como un participante activo en la arena global, contribuyendo significativamente a soluciones a escala mundial.