El nuevo esquema dispuesto por el Gobierno para el cobro de asignaciones dejará a miles de trabajadores sin poder percibir ese beneficio y permitirá un ahorro al Estado de alrededor de $600 millones de pesos anuales, según el Centro de Investigación y Formación (CIFRA).

En un decreto firmado por la vicepresidenta Gabriela Michetti, que regirá desde septiembre próximo, el Ejecutivo decidió implementar un fuerte ajuste en los beneficios sociales que reciben los grupos familiares de menores ingresos. Con esta medida, que va en línea con el recorte prometido al Fondo Monetario Internacional (FMI), el piso del salario mensual para poder percibir asignaciones llega a $ 2.816 pesos y en cuanto al techo, bajará de $ 94.786 a $ 83.917 en bruto para el ingreso del grupo familiar, aunque ninguno podrá percibir más de $ 41.959

A continuación se detallan los puntos principales del cambio y quienes resultarán más afectados: 

– Una familia, con padres que tienen empleos en blanco y con hijos, no podrán superar un ingreso bruto total de $83.917 para percibir asignaciones desde septiembre, cuando antes el monto era de $94.786.

– Si dentro del mismo grupo familiar, uno de los padres percibe en bruto más de $41.959 tampoco podrá percibirlo, mientras que antes la suma era de $47.393.

– Desde septiembre, el piso del salario mensual para percibir asignaciones familiares se elevará de los actuales $200 a $2.815.

– Las familias que viven en las cuatro zonas desfavorables establecidas por el ANSES dejarán de estar beneficiadas con un régimen diferencial.

– En este caso, en regiones de la Patagonia y también del norte argentino algunas familias perciben entre $ 3.155 y $ 3.407 por asignaciones, y ahora pasarán a cobrar el valor general de $ 1.578.

– Una estimación preliminar en base a la información disponible permite afirmar que se trataría como máximo del 2% de los trabajadores aportantes al SIPA, y con un ahorro total para el sistema de $ 600 millones anuales.