El Gobierno nacional entró en una discusión interna en torno al rol que deben cumplir las Fuerzas Armadas en las acciones de seguridad interior, sobre todo en el territorio rosarino. Mientras Patricia Bullrich y el ministro de Defensa, Luis Petri, destinan efectivos y recursos para que colaboren en tareas logísticas en la ciudad, la vicepresidenta Victoria Villarruel se mostró en desacuerdo y volvió a decir que le hubiese gustado tener mayor incidencia en las áreas antes nombradas, pero el presidente Javier Milei «eligió a otras personas».

«No estoy de acuerdo. Lo dije en campaña y lo sigo sosteniendo. No estoy de acuerdo porque la función de las Fuerzas Armadas no es combatir a civiles. Creo que había quedado claro con el tema de los 70. El narco, para el derecho, es un civil. En los 70 se combatió al terrorismo. ¿Dónde están los que lo combatieron? presos. El plexo legal actual no te permite enviar a un agente del Estado a luchar contra un terrorista o narcoterrorista. Los militares solo pueden combatir dentro de nuestro país ante una declaración de estado de sitio o un enemigo estatal del exterior; un Estado extranjero», afirmó este jueves la vicepresidenta, en el marco de una entrevista con el canal televisivo TN.

Las declaraciones se conocieron la misma jornada en la que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el titular del Ministerio de Defensa, Luis Petri, comunicaron sus intenciones de modificar las normativas vigentes para habilitar que las Fuerzas Armadas puedan «hacer patrullajes, control de personas, vehículos e instalaciones».

Dichas modificaciones que plasmarían en un proyecto que se enviará en las próximas jornadas al Congreso también apuntarían -dijeron- a que puedan «detener en flagrancia a quienes cometan delitos», algo que hoy no está permitido por la ley.

«Se posibilita la actuación de usar medios coercitivos, pero se va a regir por las mismas normas y condiciones que tienen las fuerzas donde es imprescindible la proporcionalidad y gradualidad», añadió Petri, en una respuesta anticipada a los cuestionamientos que suelen surgir ante la posibilidad de que estos efectivos preparados para conflictos bélicos actúen en acciones de seguridad interior.

Cabe recordar que días atrás el Gobierno nacional conformó un comité de crisis en Rosario, con el objetivo de articular políticas que ataquen la ola de violencia que azotó a la ciudad -que contó con una seguidilla de cuatro trabajadores asesinados cuando se encontraban realizando sus tareas cotidianas-.

Resquemores dentro del oficialismo

Villarruel no camufló su desacuerdo e incluso recordó que seguridad y defensa son áreas que le apasionan, pero que el presidente -en base a los acuerdos políticos que cerró con una parte de Juntos por el Cambio- optó por otros nombres.

«Son dos áreas que me encantan, pero no las iba a manejar. Ministra no iba a ser, pero sí tenia pensado estar encima de esas temáticas, que son una preocupación de los argentinos. El presidente decidió que no y yo lo respeté», planteó.

Y acentuó: «Obviamente eso no me agradó, porque incluso había trabajado varios meses. Me hubiese gustado darle mi impronta a esos lugares, son temas que manejo; estudié; me preparé; trabajé con un equipo de gente. Me hubiese gustado hacer lo que el presidente en un momento dijo (que haría), pero eligió a otras personas y yo lo tengo que respetar».