El gobierno boliviano convocó a que el pueblo se reúna y cante al mediodía el Himno al Mar en gobernaciones y municipios «ante este encierro injusto», y el de Santiago evitó especular sobre «cosas hipotéticas», a la espera del fallo de mañana de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre su incompetencia para tratar el reclamo marítimo de Bolivia, como plantea Chile.

El ministro de la Presidencia (jefe de Gabinete), Juan Ramón Quintana, llamó a los actos en señal de «unidad nacional» y «desagravio por el encierro injusto que sufre Bolivia», tres horas después del fallo, que se conocerá a las 9 (hora local, las 10 de Argentina) .

«A las 12 (hora local, 13 de Argentina) se ha convocado a través de las gobernaciones y municipios a que todo el pueblo boliviano asista de manera unánime a cantar el Himno al Mar, como un acto de desagravio también a éste encierro injusto que dura más de cien años», explicó Quintana a la conclusión de la reunión de gabinete.

Por su parte, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, tras reunirse con los ex ministros de Exteriores de administraciones anteriores, declaró que el gobierno «está satisfecho con el trabajo que ha realizado en la materia», pero que «no vamos a especular con lo que sucederá mañana», e insistió en que «hablar de cosas hipotéticas no corresponde».

Muñoz planteó ayer que Bolivia deberá entender, «tarde o temprano» que Chile no entregará, incluso a pesar de la CIJ, lo que implica el sistema de Naciones Unidas, «ni un centímetro» de su territorio ni de su soberanía.
Para el agente chileno ante la CIJ, Felipe Bulnes, la idea de que Chile se retire del juicio si es que el fallo no es favorable para el país, «no es aconsejable».

«Se han planteado dos temas, uno de ellos es que si el fallo de mañana fuera adverso, lo más drástico que se ha planteado (por la prensa) es que Chile se retire del juicio y deje de participar en este proceso. Es una alternativa, está contemplada como parte de las actitudes que puede adoptar un país, pero es claramente desaconsejable, porque siempre va a ser mejor, siguiendo el juicio, que Chile se defienda y haga valer sus argumentos a que se ausente», señaló Bulnes esta mañana.

En tanto, el ministro boliviano Quintana informó que el presidente Evo Morales y su vice, Alvaro García Linera, junto a todo el gabinete, se reunirán en el Palacio de Gobierno para seguir los pormenores de la audiencia en la sede de La Haya, y posteriormente «se harán las evaluaciones que correspondan».
«Lo más importante es que podamos asistir a las 12 y parar el país. Hay que parar el país para que todos tengamos el mismo sentimiento, todos podamos expresar el fervor patriótico, todos cantando al mismo tiempo la Marcha Naval», reiteró.

El procedimiento de adopción del fallo de la CIJ supone el voto abierto de los 15 jueces que componen el tribunal, no permitiéndose abstenciones, mañana se conocerá el criterio individual de cada uno de los magistrados.
Sus votos deberán ser afirmativo o negativo y, en pie de página se conocerán las observaciones o reservas que expliquen el voto. La simple mayoría determinará la adopción del texto final de la decisión, que será leída por el presidente de la CIJ, el juez francés Ronny Abraham.

La CIJ dirá su pronunciamiento en presencia de los agentes que Bolivia y Chile acreditaron en 2013, Eduardo Rodríguez Veltzé y Felipe Bulnes respectivamente, los que estarán acompañados de los equipos de sus abogados internacionales.

El fallo de la Corte de La Haya se conocerá después de cinco meses desde que Chile y Bolivia presentaron sus alegatos orales a favor y en contra del recurso presentado por Santiago, que impugnó la competencia del tribunal.

De acuerdo con la jurisprudencia internacional, la CIJ podrá declararse competente para tratar la demanda boliviana para obtener una salida soberana al Océano Pacífico; podrá, asimismo, reconocerse incompetente y, por último, postergar su decisión parael final del litigio y abrir las compuertas del tema de fondo, es decir el reclamo marítimo de Bolivia.

Sólo en el segundo escenario planteado, el juicio que abrió Bolivia a Chile terminará sin apelación.
En los otros dos, es decir primer y tercer escenarios, la impugnación chilena sólo habrá servido de digresión en el proceso que abrió Bolivia al presentar en abril de 2013 la Memoria de su demanda marítima.

Una demanda fundada en reiterados compromisos chilenos, todos finalmente incumplidos, durante el siglo XX, por lo que ahora reclama que Santiago se avenga a negociar de buena fe y con efecto vinculante una salida soberana al Pacífico que restaure la cualidad marítima con que Bolivia nació a la vida independiente en 1825 y que perdió en 1879 por la fuerza de las armas.

Por su parte, Chile sostiene que el Tratado de 1904, que fijó las actuales fronteras de ambos países, cerró todo conflicto, y no puede ser modificado.