Inseguridad en Rosario. Es que este miércoles a la noche una pareja de jubilados fue víctima de una brutal entradera en barrio La Sexta, precisamente en Juan Manuel de Rosas 2075.

El hecho se produjo alrededor de las 21, cuando un grupo de delincuentes, “un par de hombres y una mujer” irrumpieron en la vivienda y tuvieron atadas a las víctimas durante una y media, hasta que huyeron.

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“Llegamos 20.45 a casa y a las 21 sonó el timbre. Nos pareció muy raro por la hora entonces encendimos una luz y mi esposo abrió un poquito la puerta, pero ese poquito fue suficiente para que lo empujaran y se metieran todos adentro, un par de hombres y una mujer”, relató a Conclusión Alicia, víctima del hecho.

“Todos estaban con guantes menos uno y sin la cara tapada. La mujer tenía como un ambo azul, una camperita negra arriba y un tapabocas, y enseguida me metió en el baño y simulaba ser una enfermera, una kinesióloga”, contó angustiada.

Luego contó que le ataron la boca y se llevaron el celular. “Me dejaron encerrada y a mi esposo lo llevaron arrastrando hasta el dormitorio. Lo hicieron poner de rodillas, le ataron las piernas, las manos”, precisó la mujer.

“Se llevaron cosas de valor que son joyas que uno tiene a través de todos los años de vida, hace 46 años que estamos acá y 57 años de casados. Siempre uno guarda alguna cosa”, admitió y agregó: “Arrearon con todo y lo metían en las mochilas y cosas que pueden ser de valor y otras que son totalmente inocuas. Arrancaron, revolvieron todo. Arrancaron la puerta de un placar”.

Mientras revolvían la casa, los maleantes no pararon de amenazarla: “A mí cada vez que me decían ‘¿dónde tenés los dólares?’ yo decía ‘revisá’, y apuntaban a mi esposo con el revólver y decían, ‘mirá que la próxima no cuenta más el cuento’”. “Ya les habíamos dado todo: teníamos en el placar un monederito con dinero y 300 dólares y se los dimos”, señaló.

Consultada sobre si los agresores tenían información previa o algún conocimiento sobre la vivienda, Alicia confesó que habían pasado por la tarde. “Vinieron a la tarde, habían venido. Y en vez de atenderlos por esta puerta los atendí por otra que tengo traba, no pasó nada. Pero a la noche, como abrimos de la puerta que no había traba, entraron”, lamentó.

“Fue un mal rato, todo lo que se llevaron son cosas materiales. No se llevaron ni tarjeta de crédito ni nada de eso. Revolvieron absolutamente todo, los cajones, todo, no dejaron nada en pie. A mi marido no lo lastimaron, pero le pegaron un puñete”, expresó acongojada.

Asimismo, contó que «le tenía la mano agarrada a la chica porque yo estaba sentada y ella me tenía la cabeza y yo le tenía la mano, y rezaba. Y ella me dijo ‘no reces’ y yo le dije ‘me tenés que dejar rezar porque yo soy de mucha fe y yo te voy a perdonar, pero la única que no se va a perdonar en la vida sos yo porque le estás haciendo daño a quien no le corresponde y el daño es lo peor que puede tener una persona con valor bueno».

Estuvieron una hora y media. Una tortura total. Subieron, bajaron, hasta la jarra eléctrica prepararon para llevársela. Fue una pesadilla.

Por último, Alicia explicó que cuando los delincuentes se fueron «fuimos tratando de incorporarnos como podíamos porque estábamos atados con esas cintas plásticas que no podíamos hacer nada y él primero con un cuchillo trató de sacarme a mí porque yo no podía hacer nada. Cuando nos pudimos zafar, teníamos tanto nerviosismo, nos pudimos comunicar con mi yerno y vinieron con mi hija que hizo la denuncia personal por los celulares».

«Ahora nos quedamos con miedo y vamos a poner algún otro tipo de seguridad. Fue una pesadilla, una cosa muy, muy fea. Una hora y media que fue una eternidad», cerró.