Por Alejandra Ojeda Garnero
Una nueva audiencia en el juicio por la muerte de Franco Casco se realizó este jueves en los Tribunales Federales de Rosario. Declararon vecinos de barrio Agote y contaron la situación de inseguridad que se vivía en esa zona de la ciudad. Los hechos no tienen directa vinculación con la muerte del joven de Florencio Varela, pero recrean alguna situación adyacente al llamado que realizó Daniel Crespo al comisario Álvarez, el cual derivó en la detención el 7 de octubre de 2014. El defensor oficial de Daniel Crespo, Julio Agnoli convocó a tres testigos para verificar los dichos de su cliente.
El 7 de octubre de 2014 al mediodía, Daniel Crespo salió de su casa para ir a comer con su familia. En ese momento observó a un joven con actitud sospechosa que cruzó miradas con otro en apariencia cómplice. Crespo declaró en cuatro ocasiones, el 7 de octubre de 2014 en la comisaría 7ª; el 28 de octubre ante Asuntos Internos; el 31 de octubre en la Fiscalía Provincial y el 3 de marzo de 2015 ante la Fiscalía Federal. El juez Carlos Vera Barros consideró en ese momento que Crespo había incurrido en falso testimonio por lo que fue procesado en 2018 y dicha causa se incorporó a la que tramita actualmente en el Tribunal Oral Federal 2 por la muerte y desaparición forzada.
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En ese sentido, los testigos no lograron aportar datos concretos sobre los dichos de Crespo, que en su momento declaró que había observado a un joven de gorrita, remera blanca y anteojos que ingresó a un almacén de la zona pero que luego perdió de vista. También había señalado que vio al patrullero que detuvo a Franco pero indicó dos lugares diferentes, y con respecto al joven que estaba dentro del patrullero, quedaron dudas porque en una declaración dijo que era el mismo que había cruzado miradas el chico de gorrita, pero en otra aseguró que no tenía los lentes puestos y no podía distinguir quien estaba dentro del móvil policial.
Lo cierto es que el elemento crucial de la declaración de Crespo es si hizo o no la llamada, y de acuerdo a las pruebas objetivas que figuran en la causa, el listado de llamadas salientes del celular de Crespo indica que realizó la llamada al comisario Álvarez el día y horario que consta en su declaración. De la misma manera, aparece en el registro del teléfono de Álvarez la llamada entrante, motivo por el cual el comisario junto al jefe de sumarios César Acosta salen a verificar y finalmente encuentran a Franco Casco y lo arrestan.
Las declaraciones de Daniel Crespo:
1 Declaracion Crespo Comisaria by Conclusión Diario Digital on Scribd
2 Declaracion Crespo Dija by Conclusión Diario Digital on Scribd
3 Declaracion Crespo MPA by Conclusión Diario Digital on Scribd
4 Declaracion Crespo MPF by Conclusión Diario Digital on Scribd
En este sentido, y ante la incorporación de Crespo a la causa por desaparición forzada, torturas y muerte, a través de la figura de falso testimonio, su defensor convocó a tres testigos que aportaron poco y nada.
Marta R. psicóloga, profesora y vecina del barrio contó que se realizaban varias manifestaciones por los diversos hechos de inseguridad que ocurrían en la zona. También mencionó la indignación que había por el asesinato de Damián Lucero, que generó varias marchas en el barrio Agote.
Sin embargo, ante la consulta del defensor oficial Martín Gesino la mujer refirió que dicho homicidio “ocurrió en 2015” cuando estaba a cargo de la seccional séptima el comisario Cantero, momento en el cual Álvarez ya había sido desplazado a otro destino y no cumplía funciones en la comisaría séptima.
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Además, aclaró que antes del 2015 “yo no participaba”, pero “militábamos por el bienestar de los vecinos y nunca fuimos oídos”. En cambio, cuando el comisario Álvarez estaba a cargo de la seccional, las reuniones con los vecinos eran frecuentes y muchos tenían el celular del jefe de la séptima para llamarlo ante la sospecha de un hecho delictivo.
Damián Lucero fue asesinado el 1 de marzo de 2015 cuando caminaba por Constitución al 400 rumbo a la terminal de ómnibus para buscar a unos familiares y fue interceptado por dos sujetos que intentaron robarle y ante la resistencia de la víctima le asestaron varios puntazos que le provocaron la muerte.
Luego declaró el comerciante Aquiles C., quien en el momento de los hechos tenía un almacén en la esquina de Castellanos y Tucumán. Conoció a Daniel Crespo como cliente ocasional de su negocio.
Crespo había manifestado en sus declaraciones, que al ver al joven de anteojos, lo siguió y lo vio ingresar al almacén. Para corroborar ese relato, declaró el almacenero.
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Chiche, como llaman sus allegados fue el destinatario de la consulta de Crespo sobre una persona que había ingresado a su comercio, quien vestía una gorrita, remera blanca y anteojos, a quien Crespo describió en su declaración como una persona con actitud sospechosa que habría intercambiado miradas con Franco Casco con aparentes intenciones de cometer delitos.
El paso del tiempo borró los recuerdos del almacenero, porque no recordó la secuencia que describió Crespo sobre el joven que supuestamente había ingresado a su local.
Manuela L. N. indicó que “lo conozco” a Daniel Crespo, “soy hermana de Damián Lucero a quien mataron en el 2015 en barrio Agote, a partir de esa fecha el barrio se unió para hacer una vecinal y lo conozco a través de toda esa movida y los pedidos de seguridad”
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La testigo contó que en octubre del 2014 vivía “en Bordabehere al 4200”, también contó que participó “en la primera parte de la conformación de la vecinal cuya función era pedir seguridad para el barrio”. El defensor de Crespo le consultó sobre el tipo de acciones se desplegaron en ese momento y la testigo enumeró: “reuniones, manifestaciones, marchas a Gobernación y a la comisaría por pedidos de seguridad”.
Sobre las marchas en la comisaría “en las que participé eran en la calle y en la vereda para que la gente de la comisaría salga a patrullar”.
Sin embargo, cabe señalar que para el año 2015, el comisario Álvarez ya no estaba a cargo de la comisaría séptima.
El caso
Franco Casco llegó el 29 de septiembre de 2014 a visitar a familiares en Empalme Graneros, el 6 de octubre del mismo año, y a pocos días de haber llegado de Florencio Varela, su ciudad natal, abandonó la vivienda y su familia no tuvo novedades sobre su paradero hasta que el 30 de octubre, 22 días después, cuando su cuerpo fue hallado en las aguas del río Paraná.
Un total de 19 policías, que desde un principio sostienen su inocencia, están siendo juzgados por los delitos de desaparición forzada seguida de muerte y torturas, por lo que enfrentan una posible pena de prisión perpetua. Cinco de ellos están detenidos desde hace más de cinco años en prisión preventiva efectiva, en penales federales.
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Son juzgados por los delitos de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima, imposición de torturas seguida de muerte a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, entre los cuales se encuentran el ex jefe de la seccional 7ª Diego Álvarez, junto a los efectivos Cecilia Ruth Elisabeth Contino, Walter Eduardo Benítez y Fernando Sebastián Blanco, en calidad de autores.
César Daniel Acosta, Guillermo Hernán Gysel, Cintia Débora Greiner, Rocío Guadalupe Hernández, Marcelo Alberto Guerrero, Enrique Nicolás Gianola Rocha y Esteban Silva como coautores del delito de desaparición forzada de personas agravado por la muerte del joven.
En el caso de Franco Luciano Zorzoli, Rodolfo Jesús Murúa, Romina Anahí Díaz, Belkis Elisabeth González, Walter Daniel Ortiz y Ramón José Juárez, son acusados como partícipes secundarios.
Además, los agentes de Asuntos Internos Pablo Síscaro y Daniel Escobar fueron acusados de encubrimiento.
