El exfutbolista brasileño Dani Alves fue condenado este jueves, en Barcelona, a cuatro años y medio de cárcel, por el delito de haber agredido sexualmente a una joven de 23 años en un boliche de esa ciudad catalana en diciembre de 2022, causa por la cual permanece detenido desde hace más de un año con prisión preventiva.

El brasileño, de 40 años y exjugador del seleccionado de su país, de Juventus, PSG y del Barcelona, fue acusado de haber violado a una joven en el baño de la exclusiva discoteca Sutton, la noche del 30 y madrugada del 31 de diciembre de 2022.

El juicio a Alves comenzó hace 15 días y, este jueves, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dictó la condena a cuatro años y medio de prisión, al tiempo que determinó que, una vez que el ex deportista cumpla con la sentencia, gozará de “libertad vigilada por otros cinco años y no podrá acercase a la víctima”.

El exfutbolista estaba acusado de obligar a la joven de 23 años a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento y sin utilizar preservativo.

A comienzos de febrero, el exlateral surgido del Esporte Clube Bahia, de Brasil, había declarado ante la Justicia que había mantenido relaciones sexuales consentidas y que no actuó con violencia durante su encuentro con una mujer en una discoteca de Barcelona en 2022.

En tono pausado, pero finalizando con lágrimas en los ojos, Alves adujo que la denunciante le había tocado los genitales mientras bailaba y que lo acompañó voluntariamente a un baño, donde ella le practicó sexo oral y sostuvieron una relación sexual.

Al ser consultado sobre si la había obligado a mantener relaciones y si había actuado con violencia o no la había dejado salir del lugar, el brasileño había respondido: “No la abofeteé, ni la tiré al suelo. No soy un hombre violento. No me dijo que no quería practicar sexo”.

No obstante, en las conclusiones durante el proceso oral, la fiscal Elisabet Jiménez consideró que la denunciante presentó un “relato absolutamente creíble” desde que se iniciaron las investigaciones, y aseguró que Alves usó la “violencia” para forzar a la joven, que sigue en tratamiento psicológico desde lo ocurrido.

Durante el proceso judicial, la denunciante había declarado detrás de un monitor con la voz distorsionada para proteger su identidad.

La Fiscalía reclamaba una pena de nueve años de cárcel para Alves, pero los magistrados –a la hora de emitir la condena– tomaron en cuenta el relato de la víctima sobre los hechos y consideraron probado que el brasileño abusó de ella sin su consentimiento.

Alves, además, deberá indemnizar a la agredida con 150.000 euros y pagar las costas del juicio, y también se le impuso un período de 9 años y 6 meses de orden de alejamiento e incomunicación con la víctima, además de 5 años de libertad vigilada.

Ahora, la pena puede ser recurrida por la defensa del exfutbolista, según consignó el periódico catalán Sport.