La violencia en la ciudad de Rosario sigue creciendo y adquiriendo ribetes que aterrorizan a los rosarinos que se encuentran desprotegidos y vulnerables cuando intentan disfrutar del espacio público. Esto es lo que ocurrió este miércoles por la noche, en la zona norte de la ciudad, cuando un hombre intentó disparar contra un concurrido bar. Podría decirse que un milagro ocurrió, ya que el arma se trabó y no salieron las balas.

En diálogo con los medios, entre ellos Conclusión, el dueño del bar, Alejandro, informó que el agresor intentó disparar “unas diez veces” contra el bar, donde se encontraba su padre y un grupo de amigos. Además, reconoció que si el arma no fallaba, hoy estaría en “el velorio” de algún familiar.

El hecho ocurrió minutos antes de las 21, y el blanco fue un bar ubicado en Boulevard Rondeau al 3900. Allí, un hombre entró, dejó una nota sobre una mesa y saco un arma con la que trató de disparar contra los clientes, pero el instrumento falló y las balas no salieron. El lugar estaba lleno de gente, dentro y fuera del local.

Según puede verse en las cámaras de seguridad, al atacante se movía, junto a un acompañante, en una moto de alta cilindrada, que detuvo en el cordón de la vereda. Bajó de la misma y se dirigió directamente al bar. Al ingresar, dejó algo sobre una mesa, que luego se supo que era un cartel con amenazas y, antes de retirarse, sacó el arma y gatilló varias veces contra los clientes, aunque, afortunadamente, las balas no salieron. Luego se dio a la fuga rápidamente en la moto en la que llegó.

La imagen muestra a una moto de alta cilindrada que se detiene sobre el cordón, con dos sujetos que portaban casco, uno de los cuales bajó y se dirigió directamente a una de las mesas, donde dos clientes sentados conversaban con otro que estaba de pie. En el lugar trabajó la Policía de Investigaciones y la Fiscalía de Flagrancia de turno.

Durante la mañana de este jueves, el dueño del bar –que abrió sus puertas normalmente– habló con Conclusión y, si bien comentó que él no se encontraba en el local cuando ocurrieron los hechos, aseguró estar “conmovido” por la situación, ya que sí estaban presentes su papá y un grupo de amigos.

“Mi papá estaba en la mesa donde dejaron la carta. El mensaje pedía visitas para los presos de alto perfil. Cuando se alejó, intentó disparar, pero la bala no salió, pareciera que se le trabó”, comentó Alejandro.

Además, dijo que el agresor no medió palabra con las personas que estaban en el bar: “Dejó el papel sin hablar y después quiso disparar. Según me dijeron, disparó como diez veces. En el bar había seis o siete mesas ocupadas”.

Tras asegurar que la policía asistió “enseguida” y con varios patrulleros al lugar, el hombre cuestionó que se divulgue el video del ataque: “Les pasamos el video de la cámara. La idea era que no se divulgue, pero a los cinco minutos estaba en un diario, en toda la ciudad, eso es un punto en contra para la policía. Hubiésemos preferido que quede en el anonimato porque al bar lo perjudica. A la tarde seguramente no va a haber nadie sentado porque la gente tiene miedo y es entendible, pero tampoco nos cuidan a los comerciantes y nos exponen.

Seguidamente, Alejandro reconoció que si las balas salían hoy estaría “en el velorio de su papá o en el de un amigo”, al tiempo que aseguró que es la primera vez que el bar sufre un episodio de este tipo.

Además, aseguró que el bar “no puede estar cerrado”, por lo que se vio obligado a abrir sus puertas este jueves. “Le pedimos a la gente que nos dé una mano, que pidan comida, que sigan viniendo”, expresó.