Un nuevo capítulo se empezó a escribir en torno a la causa Franco Casco. Es que este lunes comenzó el juicio a 19 policías acusados por la desaparición, torturas y muerte del joven de Florencio Varela. El debate oral y público tendrá lugar en el Tribunal Oral Federal de Rosario, luego de 7 años de ocurrido el hecho. El joven había llegado a Rosario en octubre de 2014 para visitar a sus familiares, el 6 de octubre se retiró de dicho domicilio y 22 días después su cuerpo fue hallado flotando en las aguas del río Paraná. Había estado detenido en la comisaría 7ª. En tanto, los policías acusados sostienen su inocencia y llevan 4 años y medio en prisión preventiva.

Las audiencias se realizarán en distintas modalidades, tanto presencial como virtual los días 6, 16 y 28 de diciembre; luego de la feria judicial de enero las mismas se retomarán los días 8 y 9 de febrero de 2022, y todos los jueves y viernes posteriores hasta la finalización del juicio.

Serán juzgados 19 policías por los delitos de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima, imposición de torturas seguida de muerte a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, entre los cuales se encuentran el ex jefe de la seccional 7ª Diego Alvarez, junto a los efectivos Cecilia Ruth Elisabet Contino, Walter Eduardo Benítez y Fernando Sebastián Blanco, en calidad de autores.

Por su parte, César Daniel Acosta, Guillermo Hernán Gysel, Cintia Débora Greiner, Rocío Guadalupe Hernández, Marcelo Alberto Guerrero, Enrique Nicolás Gianola Rocha serán sometidos a proceso como coautores del delito de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima.

En el caso de Franco Luciano Zorzoli, Rodolfo Jesús Murúa, Romina Anahí Díaz, Elisabeth González Belkis, Walter Daniel Ortiz y Ramón José Juárez, son acusados como partícipes secundarios.

En esta causa conviven dos versiones contrapuestas de los hechos. Mientras que la querella afirma que a Franco Casco lo detuvieron el 6 de octubre, los acusados sostienen y así consta en el acta de procedimiento, que fue detenido a las 13.15 del 7 de octubre y liberado a las 22.05 del mismo día. La querella sostiene que fue apresado en la estación de trenes Rosario Norte donde se había dirigido para volver a su ciudad de residencia, pero los efectivos lo detuvieron en Catamarca y Alsina. Entonces, ¿Dónde estuvo Franco en esa brecha de tiempo? ¿Sus familiares lo buscaron? ¿Hay testigos que acrediten la hipótesis de la estación de trenes? ¿Por qué el vecino que llamó para denunciar la presencia de personas merodeando el barrio fue luego procesado por falso testimonio? ¿Cómo se enteraron los padres de Franco Casco que había estado detenido en la comisaría 7ª? Todos estos interrogantes tal vez encuentren sus respuestas en el juicio que comenzará este lunes.

A siete años de la desaparición de Franco Casco y cuatro y medio de la detención de los presuntos responsables, finalmente la causa inicia su etapa final.

El tribunal estará integrado por los jueces Otmar Paulicci, Eugenia Martinez, Ricardo Vázquez y Osvaldo Facciano, y la acusación estará a cargo del fiscal Oscar Fernando Arrigo.

En este contexto, familiares, allegados junto a la asociación Inocente Colectivo emitió un comunicado: 

CARTA MUY ABIERTA A LA SOCIEDAD ROSARINA.

Siete años, un mes y cinco días nos separan de la fecha en que vivimos un suceso que cambio para siempre nuestras vidas.

Mirando hacia atrás y desde aquel momento, nuestra óptica de lo que es en realidad el aparato de persecución penal del Estado dirigido desde los mecanismos de la culpabilidad, la indiferencia, la deshumanización del acusado y la venganza pasó a ser una realidad aterradora que vivimos en carne propia cada día.

Creemos que a esta altura de los acontecimientos, y a un día de ingresar en un debate donde sentiremos por fin la satisfacción moral y humana de poder repetir -otra vez- la verdad sobre los hechos que envolvieron el paso de Franco Casco por la dependencia donde nos desempeñabamos (no solo al Tribunal que nos oirá sino también a todos ustedes) es una deuda que se nos debe hace siete largos años.

Sobre el paso de Franco por la comisaría séptima -lamentablemente- no hay mucho que contar.

Lo dijimos siempre, desde el primer día, lo repetimos y lo repetiremos hasta el final de nuestras vidas.

Estuvo allí demorado a disposición del MPA y el mismo día se retiró por orden del Fiscal Alvaro Campos.

Sobre esto hay muchas notas en diversos medios donde tuvimos la oportunidad de contar cuestiones probatorias con las cuales hoy no los aburriremos. La verdad esta ahí, estuvo siempre ahí, y no necesitamos en estos siete años -al contrario que nuestros acusadores- modificar jamas nuestros testimonios, pues son la verdad de lo sucedido, y aunque molesten a muchos -ya que en este juicio se juega la credibilidad de un sistema que mastica inocentes y escupe supuestos culpables- al igual que Rodolfo Walsh seguiremos creyendo en mantener el compromiso de «dar testimonio, en tiempos difíciles».

En ese sentido la gente que acompañó nuestro reclamo fue muy crítica con una investigación que cercenó la posibilidad de ahondar en cualquier línea de investigación paralela y se centró en especulaciones que fueron cayendo con el paso del tiempo.

Al día de la fecha muchos de nosotros llevamos cuatro años y medio detenidos en condiciones inhumanas y degradantes, otros están sometidos al encierro permanente en sus hogares, y los que pueden estar en libertad sufren el desprecio y la estigmatización por ser «los de la causa Casco»

Les contamos a ustedes, de manera cercana, que a nosotros no nos juzgan por haber cometido delito alguno, sino por APARENTAR ante la sociedad el haberlo hecho.

Paco Urondo escribía en uno de sus mayores -y para nosotros hoy- mas significativos poemas «de este lado de la reja esta la realidad, de aquel lado también esta la realidad (…) aunque parezca a veces una mentira, la única mentira no es siquiera la traición, es simplemente una reja que no pertenece a la realidad».

Paco al igual que nosotros era de Santa Fe, y al igual que nosotros estaba detenido injustamente en Devoto en 1973 cuando escribió aquel poema.

Resistiremos por nuestras familias, resistiremos por nuestros compañeros, resistiremos por todos aquellos inocentes que sufren la persecución desmedida, y resitiremos por seguir manteniendo siempre la única pretensión que nos guió en este injusto y muy desigual proceso: el descubrimiento de la verdad.

A ustedes, conciudadanos, amigos, hermanos, les pedimos el acompañamiento continuo en las jornadas de juicio.

Les pedimos que asistan con la cabeza y el corazón abiertos a oír lo que allí se dirá sin empañar sus emociones de lo que creen que creen sobre los trabajadores policiales. Porque antes que trabajadores policiales, somos hijos, padres, hermanos, amigos y humanos, y en honor a eso solo pedimos que asistan a estas jornadas sin mayor pretensión que el pedido de justicia y verdad porque «las masacres y las redenciones pertenecen a la realidad como la ESPERANZA» y la nuestra esta puesta que, sin perjuicio de lo que dictamine la ley del hombre, todos ustedes sepan que somos inocentes y así sepan la verdad.

Por su parte, la Multisectorial contra la Violencia Institucional convocó a concentrar en las puertas de los Tribunales Federales en Oroño al 900 «por la memoria de Franco Casco y los pibes víctimas de violencia institucional».