Por José Odisio

Llegó Formiliano, y todo indica que ya no habrá más refuerzos en el Parque. Y al repasar la lista de los que llegaron queda claro que se apostó por nombres importantes, pero falta un cinco, y las consecuencias pueden sentirse en la cancha.

¿Por qué Bernardi no insistió? La política del DT es apuntar a nombres de jerarquía o si no quedarse con lo que tiene. Y no está mal, ya que es preferible promover juveniles como Unsain, Escobar o Denis Rodríguez antes que traer sin sentido a un Neira o un Sebastián Martínez.

Pero en el caso del cinco el recambio no se ve, y por eso el técnico va a tener que improvisar con Cáceres o el propio Formiliano de volante central, con los riesgos que eso conlleva. Y rogar que Villalba se lesione poco, algo que en los últimos años fue una constante en el Mudo.

Obviamente como sucede siempre en el fútbol, los resultados serán los jueces de las decisiones dirigenciales. Si el equipo funciona, los cuestionamientos quedarán archivados. Pero si no se gana, los culpables serán fáciles de encontrar.