Por José Odisio

Contundente. Efectivo. Por momentos vistoso. Con entrega cuando fue necesario, con fútbol cuando el partido lo permitió. Goleada impensada, pero bienvenida en el Parque. Necesaria para cambiar ánimos, soñar con nuevos rumbos y permitir tomar decisiones con mayor tranquilidad, no en caliente. En especial a la hora de elegir el nuevo técnico, donde no se puede fallar.

¿Por qué cambió tanto el equipo? Cada uno tendrá su verdad. Tal vez Vojvoda-Sensini acomodaron mejor las piezas. O Mateo trasmitió con su presencia un empuje que faltaba. Podría ser que el ciclo Bernardi estaba agotado y tenía agotados a los futbolistas. O como dijo Maxi «entró una pelota, llegó el segundo en contra y después todo se dio».

La realidad es que los motivos no importan tanto. A la vista Newell’s fue otro equipo. Y eso es una buena noticia. Ahora será tiempo de ratificar el rumbo. Que no haya sido un espejismo. Si es con Vojvoda, con Osella o con Almeyda no importa. La Lepra necesita entender que la salida es una sola. Y solo si todos empujan para el mismo lado habrá éxito al final del camino. Golear a Racing fue un primer paso, una bocanada de aire necesaria para vivir. Y si hay vida, hay esperanza.