Por José Odisio

Retroceso. O un baño de realismo. La transición no era tan sencilla como pareció ante Racing. Tampoco suena que el golpazo con Boca se repita cada semana. Pero está claro que acomodar y reconstruir al equipo no bastará con poner a Mateo de cinco o parar un 4-4-2. Las fórmulas mágicas no existen en el fútbol.

Buscar culpables siempre es el primer impulso. No está mal, pero detenerse en eso evitará enfocarse en la realidad. Newell’s debe salir rápido desde el resultado. Y a partir de allí empezar a dar pasos hacia adelante, evitando los tropiezos que son moneda común en el Parque en los últimos años.

¿Es el indicado Osella? No es el ideal, es cierto. Pero es el elegido, tal vez el único que se animó a asumir ahora. Y ese coraje debería ser el impulso que le permita impulsar al equipo hacia adelante, sacudirle la modorra, hacerlo reaccionar. Deberá mostrar una idea clara, sin tantos divagues, y sobretodo convencer al grupo que es el camino correcto.

Nadie duda que en Newell’s hay un problema futbolístico, tampoco físico, o de bajos rendimientos individuales. Y lo externo, la crisis institucional, también influye. Pero sin dudas hay un tema mental, y allí es donde también debe trabajar Osella. Sino, la Lepra seguirá siendo un barco sin rumbo.

En el fútbol no hay recetas mágicas. Sí existen algunos magos que a veces sacan de la galera soluciones impensadas, trucos que nadie imagina. Pero hoy en el Parque nadie espera recibir a un ilusionista, hoy se necesita un técnico que se ponga el overol y con trabajo e ideas comience a sacar de a poco al equipo de este mal trance.