En calle Moreno entre San Luis y San Juan existe un espacio donde la naturaleza y la experiencia sensorial lo hacen único y especial: el vivero Isla Verde.

Antes de la pandemia, Roxana Wolojviansky, dueña del lugar e influencer en redes sociales, tuvo la idea de agregarle al negocio el servicio de té o café, pero con la llegada del virus que paralizó al mundo decidió dar marcha atrás por temor a los contagios y la imprevisibilidad de poder llevarlo adelante.

Pero ese momento pasó y hoy la realidad es otra, por lo que Isla Verde se transformó en lo que en algún momento fue un sueño y hoy es una escapada a la naturaleza en el medio del caos céntrico de Rosario.

El lugar tiene relativamente pocas mesas en relación al amplio espacio que posee, pero esto es una decisión del negocio para que cada persona que pase por el vivero tenga una experiencia sensitiva y única.

Conclusión visitó Isla Verde y hablo con la responsable para preguntarle sobre como comenzó y plasmó el sueño de tener un espacio natural en el medio de la ciudad.

«El vivero nace de una pequeña historia de amor. Yo nací en un pueblo muy chiquito y viví con mi abuela que le encantaban las plantas. Me enamore de una persona que amaban las plantas y me pidió que le regalara solo plantas. Así que terminamos con un vivero», contó Wolojviansky.

La mujer agregó que este proyecto, junto a su compañero de vida Romulo, lo tenían «hace muchísimos años y no encontrábamos el lugar, no se daba. Cuando encontramos este espacio, la idea era poner la casa de té o café. En la pandemia tuve miedo. Pero ahora se dio y lo abrimos y acá estamos».

El objetivo de la dueña de Isla Verde es claro: «Queremos que la gente venga a disfrutar y que entienda que esto no es un café de paso, la gente tiene que entender que se viene a disfrutar de la naturaleza, a usar los sentidos. Tenemos la biblioteca botánica».

«Estamos en el medio del centro rosarino y retirado porque es un centro de manzana. Acá estamos rodeados de clínicas así que vienen muchos médicos con sus libros, con sus notebooks a trabajar y yo noto que disfruten y que les da placer estar acá. También viene mucha gente de los pueblos que vienen a hacer tramites o al médico», expresó la influencer.

En relación a su faceta como personaje de redes sociales, en donde se la conoce como Roxy Tips y supera los 170 mil seguidores, mencionó que ella es docente por herencia y dejó de lado su carrera «por los yuyos. Me encanta enseñar y descubrí que en las redes puedo hacerlo. Hablo a las mujeres porque son mis seguidoras, sobre todo de 40 años para arriba. Me muestro tal cual soy y transmito mi alegría y mi amor por estar con la naturaleza y lo comparto con la gente que está del otro lado».

La influencer de las plantas agregó: «A mi me encanta compartir esta pasión. Uno comparte con la gente que le gusta. Las redes me acercan a gente que que no nos podemos conocer ni pueden venir. Me siguen de Centroamérica, de España, de Israel».

Al preguntarle si le queda un sueño por cumplir, la mujer finalizó diciendo que su «sueño no es comercial. Es volver a vivir en el campo. Tener mi huerta. Terminar este ultimo tramo de mi vida en la naturaleza».