El 10 de diciembre de 2023 el presidente Javier Milei soñó que un baño histórico de popularidad: imaginó que los votantes que lo habían reconocido con un 56 % de los sufragios iban a desbordar la Plaza de Mayo, la Plaza del Congreso y la Avenida de Mayo.
Los resultados fueron mucho más magros pero pudieron ser disimulados por una hábil transmisión oficial
Concretamente, las columnas libertarias no pudieron llenar siquiera la primera manzana.
Los asistentes no alcanzaron para hacer cumbre en la primera «gran colina» del sitio histórico; la calle Rodríguez Peña.
Los canales apagaron sus drones al mediodía y se sumaron a una cobertura libertaria que utilizaba planos al ras del piso.
Entonces, las banderas ubicadas sobre avenida Entre Ríos impedían comprobar el vacío reinante en un gigantesco solar de tres hectáreas casi completas.
Quedaron como mudas testigos de lo sucedido tres pantallas gigantes destinadas a la comodidad de una multitud que nunca se hizo presente en ese sitio.
Horas más tarde, desde el balcón de la Casa Rosada se recurrió a un truco televisivo similar para impedir que se vieran en escena los gigantescos «claros» que emergieron junto a la Catedral Metropolitana, el Cabildo, Avenida de Mayo y las dos grandes diagonales.
Los planos rasantes suelen hacer milagros comunicacionales.
El fallido sueño del millón promocionado vastamente desde las redes sociales quedó tapado, fue ignorado.
La «luna de miel» que suelen disfrutar los Jefes de Estado en sus primeras semanas de gestión fue la responsable de esa magia.
Tras 45 días, el turno de la CGT
Con el objetivo de condicionar a los legisladores que van a definir la aprobación o no de la llamada «ley ómnibus», los caciques de la Confederación General del Trabajo escogieron el mismo predio emblemático para manifestarse el 24 de enero.
El resultado fue muy distinto al que obtuvo La Libertad Avanza el día de su estreno.
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En este caso, las columnas cubrieron desde las puertas del parlamento hasta Montevideo y también hasta calle Paraná (300 metros de distancia)
De acuerdo a la central obrera, los congregados fueron casi 200,000.
En cambio, para el gobierno nacional, representado por la ministra de Seguridad Patricia Bullirch: la movida apenas reunió a 40.000 almas.
En esta ocasión, las cámaras de altura y los drones trabajaron a destajo, pudiendo comprobarse que muchos de los militantes quedaron varados sobre avenida de Mayo, a la altura del emblemático Palacio Barolo (casi 400 metros del palco)
La única coincidencia entre el Poder Ejecutivo Nacional y la oposición radicó en que, tras la impactante demostración opositora no hubo que contabilizar heridos ni grandes desmanes.
????MILES Y MILES DE TRABAJADORES EN EL ACTO DE LA CGT EN EL CONGRESO‼️
❌️Esta expresión del PUEBLO se repitió en CADA PLAZA del PAÍS
En TOTAL
más de 1.500.000 de personas en la calle diciendo LA PATRIA NO SE VENDE‼️
FEO DÍA PARA SER CARNERO, VENDEPATRIA O DESCLASADO, NO❓️ pic.twitter.com/HFf4B8Ouin
— Peronista de Perón (@AlePeronista) January 24, 2024
