La Congregación para la Doctrina de la Fe que conduce el cardenal argentino Víctor Fernández sentenció que «está prohibida» la pertenencia de un católico a cualquier tipo de logia masónica, al renovar la vigencia de un documento de 1983.

«La pertenencia activa de un fiel a la masonería está prohibida», planteó la Congregación para la Doctrina de la Fe en respuesta por escrito a Julito Cortés, obispo de Dumanguete, en Filipinas, preocupado por el «continuo aumento de fieles de la masonería», quien pidió «sugerencias para afrontar adecuadamente esta realidad desde el punto de vista pastoral, teniendo en cuenta también las implicaciones doctrinales».

Según el texto divulgado por el sitio especializado Religión Digital, la respuesta del dicasterio resaltó la «irreconciliabilidad entre la doctrina católica y la masonería», tal y como ya planteaba en 1983 la misma Congregación para la Doctrina de la Fe.

Por tanto, señala la nota, «quienes formal y conscientemente sean miembros de logias masónicas y hayan abrazado los principios masónicos, quedan comprendidos en las disposiciones presentes en la citada Declaración. Estas medidas se aplican también a cualquier eclesiástico registrado en la masonería».

La postura de Doctrina de la Fe no es novedosa, ya que continúa una postura establecida en 1983 con un documento firmado por el entonces cardenal Ratzinger, y refrendado por Juan Pablo II con la que recordaba cómo el actual Código de Derecho Canónico, a diferencia del anterior (1917) no condena explícitamente la masonería, ni excomulga a sus afiliados, aunque sí se reitera que «los católicos inscritos en logias masónicas se encuentran en estado de pecado grave».

La semana pasada, el dicasterio que encabeza Fernández ya había dado a conocer una nueva disposición sobre la autorización para que personas homosexuales y trans puedan ser padrinos de bodas o bautismos.