Por Tomás Labrador

Docentes, estudiantes y graduados de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmaceúticas de la UNR realizaron un relevamiento de la calidad del agua que consumen los habitantes de la Villa Pororó, una extensión de Villa Banana que linda con el Centro de Distrito Oeste de la ciudad de Rosario.

La jornada inscripta en las actividades del programa de voluntariado “Ríe Pibito” tienen como objetivo conocer la calidad del agua que consumen los habitantes de ese asentamiento y concientizar a sus habitantes sobre las formas más adecuadas de almacenar el agua para consumo, ya que en esta villa donde viven aproximadamente 5 mil personas, ninguno tiene acceso al servicio formal y controlado de agua potable.

“En la ciudad de Rosario, al menos 30 mil hogares, un 8% del total, carecen de acceso al agua potable, según datos oficiales del censo realizado en el año 2010”, le dijo a Conclusión Luis Veggi, docente e investigador del Conicet, coordinador del proyecto.

Voluntariado social

El trabajo de los más de 40 voluntarios y voluntarias, procedentes de las distintas carreras que se cursan en Bioquímicas, consiste en tomar muestras del agua que consumen los vecinos, analizarla y luego informar del resultado a los habitantes de esa casa, brindándoles además información útil sobre cómo guardar el agua y prevenir enfermedades.

Conclusión los acompañó en la visita a la casa de Cipriana, vecina de la Villa desde el año 1994. Cipriana vive en el pasaje 1002, una calle hecha sobre la vía del ferrocarril que corre paralela a la calle Gutemberg. El pasaje fue elegido este año para analizar las muestras; allí las voluntarias extrajeron una muestra del agua y dialogaron con la vecina acerca del almacenamiento y prevención de enfermedades.

Además, Cipriana recibió la visita de los trabajadores del centro de salud David Staffieri, quienes participaron de las jornadas vacunando a los vecinos contra la fiebre hemorrágica. “Acá el mayor problema son las ratas y ratones”, expresó Cipriana. “Los vecinos ponemos veneno pero no se van”, dijo esta vecina oriunda de Quitilipi, Chaco, que explicó además que hace dos años espera una prótesis de cadera.

Una vez que son recogidas, las muestras son trasladadas al laboratorio de campaña, donde las esperan Patricia, Cecilia, Ana, Marina, Agustina, Belén, Carolina y Brenda para analizarlas. Más de cuarenta muestras tomaron los voluntarios en otras tantas casas, donde el trabajo de informar y concienciar a los vecinos se repite con muy buena acogida por parte los habitantes del barrio.

Viene el tren

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El tren entre las casas. Foto: F. Vizzi

“Salgan de la calle, que viene el tren”, avisa uno de los agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) que acompaña el operativo, y apenas unos minutos después el suelo se sacude al paso de un convoy del Belgrano Cargas, que transita por la vía – pasillo, a escasos 50 centímetros de las casas que se agolpan al costado de la vía. El paso del tren corta la calma de la mañana soleada del jueves e interrumpe por unos minutos el incesante trabajo de los voluntarios, que una vez tienen el visto bueno de los agentes de la Guardia Urbana, retoman las visitas.

 

Universidad pública y voluntariado

Luis Veggi, coordinador del proyecto, explicó la importancia del programa nacional de voluntariado universitario que lleva 10 años de desarrollo: “El objetivo del programa de voluntariado es que los estudiantes apliquen sus conocimientos disciplinares a una problemática social concreta, transmitiendo lo que es el espíritu de la universidad pública” y especifica: “Nosotros empezamos con este proyecto en 2010, allí un grupo de alumnos, docentes y no docentes de la Facultad de Bioquímicas, con inquietudes sociales, nos enteramos de la convocatoria del voluntariado y decidimos presentarnos. Entre todas las problemáticas nos pareció que teníamos que trabajar la problemática del acceso al agua potable y el saneamiento en Rosario. El acceso al agua es un derecho humano, ya que sabemos que a nivel mundial, la carencia de agua potable es la principal determinante de las diarreas en niños, lo cual es la segunda causa de muertes en menores a nivel mundial”.

La visita de Conclusión finaliza, pero no así el trabajo de los voluntarios y de los trabajadores del centro de salud, que continúan tomando muestras y vacunando a los vecinos que cruzan la calle Gutemberg y se acercan a la plaza al costado del Distrito Oeste, donde está instalada la base.